La música me llevaba, no había apuro, realmente podía sentirme fluir con los sonidos que estaba escuchando. Me preguntaba como seria si pudiera tener siempre una música como esta de fondo en mi vida, como en las películas o en las novelas. Si siempre estuviera escuchando una música que me ayudara a fluir, fluiría mas?
Entonces llegué al parque y observando (siempre observo lo que está sucediendo en el parque antes de que comience a llegar la gente a la clase: personas corren, otras caminan, charlan, hay brisa o viento, están los pájaros y los perros) comprendo que allí también había música, distinta a la que venía escudando, pero una unión de ritmos y tonos que podían guiarme nuevamente hacia la fluidez.
Si tuviéramos la capacidad de escuchar al universo y hacerle caso, todo sería mas fácil. Es que los mensajes están allí, las indicaciones están allí y el ritmo que debemos seguir, al cual nos debemos sumar, está allí presente, solo que no sabemos percibirlos.
Entonces allí parada frente a las personas que practican conmigo los sábados, me preguntaba como hacer para percibir el ritmo del universo. ¿Cuál es la facultad que debemos desarrollar para bailar con la energía y dejarnos fluir?
Cinco sentidos tenemos para percibir mas la mente que interpreta. Solo cuando los cinco sentidos se unen en la percepción y la mente deja de juzgar, sino que simplemente acepta lo percibido tal cual es, logramos comprender el ritmo presente en el momento presente y sumarnos a él.
A veces lo que escuchamos es fuerte pero a veces lo que sentimos en la piel es mas fuerte. Otras veces son las imágenes, lo que vemos. Los olores, aunque no nos damos cuenta, son percepciones fuertes que siempre estamos tratando de moldear (a nadie le gusta oler algo feo) y los sabores creo que son mas débiles generalmente, salvo cuando comemos con atención.
El punto es que los cinco sentidos están activos todo el tiempo (salvo que tengamos alguna minusvalía) con lo cual siempre estamos percibiendo lo que está sucediendo, pero no siempre le estamos prestando atención a ello. La mayoría de las veces le prestamos mas atención al comentario de nuestra mente sobre lo que percibimos, que a lo que percibimos.
Entonces lo mas importante es llevar a la mente a un estado donde no juzgue lo que se percibe, sino que acepte, incorpore, se abra y sume sin tratar de acomodar la realidad a la mente sino al revés, abriéndose a la realidad tal cual es.
En ese punto de completa percepción y apertura sin juicio estamos escuchando el ritmo del universo. Si le hacemos caso a eso que está allí, nos sumamos al baile. Si la mente se cierra y comienza con el “esto si – esto no”, planchamos toda la noche.
La música que suena no siempre nos gusta, a veces el universo nos da mensajes que no son exactamente lo que queríamos y bueno esa es la práctica, mantener la apertura y bailar con la mas fea.