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30.12.10

Pensamientos creadores

Cada cosa que pensamos, vuelve a nosotros como una creación. Si nuestros pensamientos son negativos, cosas negativas suceden en nuestra vida. Si los pensamientos son positivos, lo que nos suceda será positivo.

La mente nunca deja de generar pensamientos, es su naturaleza. Aun cuando dormimos, la mente genera sueños en función de nuestros pensamientos y emociones. Es importante, antes de irse a dormir, tener pensamientos de paz y serenidad. Los mismos se verán reflejados en nuestro dormir y luego al despertar. Si por el contrario, al acostarnos tenemos pensamientos relacionados con el cansancio, el agobio y otras emociones fuertes, el descanso será menor y el despertar será probablemente con esos mismos pensamientos.

Hacia fin de año también tenemos estas sensaciones de cansancio y agobio por todo lo que hemos hecho, frustración por lo que no hemos hecho, ansiedad por el inicio del nuevo año, etc. Cada una de esas sensaciones y pensamientos presentes en este momento son las que crean las situaciones que sucederán en los próximos meses.

Si deseamos un 2011 de paz y armonía, en este mismo momento debemos sentir paz y armonía. No podemos terminar el año pensando en lo duro que fue, en lo cansado que estamos. Para que el año próximo sea todo lo que deseamos, debemos poner toda nuestra atención actual en esos deseos y soltar la carga pesada que nos deja el 2010.

Dejemos al costado del camino la mochila que tiene las frustraciones, los apuros de fin de año, el peso de las responsabilidades, el cansancio, los dolores de cabeza y de espalda y todas aquellas sensaciones y pensamientos que estuvieron presentes durante este año en nuestro cuerpo. Al dejar esa pesada carga podremos realmente pensar y sentir lo que deseamos para el año próximo.
Un viejo maestro se levantó una mañana con ganas de complicarle el día a sus discípulos. Luego de la meditación temprana, les dijo - Hoy deberán crear una flor. Esta es una tarea importante en su práctica.
Los discípulos lo miraron extrañados. Mantuvieron el silencio, pensativos. El monje agregó: - Quien cree una flor, deberá comunicármelo y será recompensado. - Los discípulos asintieron en silencio y se dispusieron a realizar sus tareas.
Durante el transcurso del día, el maestro caminaba preguntando a uno y otro discípulo: - ¿Haz creado ya la flor? Todas las respuestas eran negativas. Ninguno de los jóvenes sabía como crear una flor.
Uno de ello, hizo una flor con barro. El maestro dijo: - Eso es barro, no flor.
Otro, dibujó una flor en las piedras de piso del templo. El maestro dijo: - Eso es piedra y tiza, no flor.
Luego de la última meditación del día, el maestro preguntó nuevamente: - ¿Alguien ha creado la flor? Uno de sus discípulos más joven levantó la mano tímidamente y dijo: - Si maestro, yo he creado una flor.
-¿Cómo haz hecho? – Preguntó el Maestro.
- He pensado en ella.

Siente en este mismo momento cada cosa que deseas para el 2011. Siente la paz dentro tuyo, busca tu armonía, se feliz y el próximo año será también así.

Felicidades!



20.12.10

Felicidades!


¡Felicidades en estas fiestas!
Muchas gracias por acompañarme este año.
:)

Actividades durante enero y febrero

En los meses de verano, Tai Chi del Parque estará de vacaciones, sin actividades regulares programadas.

Para los que estén interesados en continuar con su práctica o iniciarla, es posible agendar clases individuales en los horarios que les sea posible. Para ello, pueden contactarme haciendo clic aquí. (Práctica de tai chi, chi kung, meditación y sesiones de Reiki)

Retomaremos las actividades a partir del 26 de febrero de 2011. Los días y horarios de las clases regulares del próximo año serán confirmados durante el verano.

El blog retomará las publicaciones en enero.

¡Felices fiestas y felices vacaciones!

Marcela
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.

14.12.10

Silencio

Shhhh! Haz silencio. Deja de hablar todo el tiempo. En esta época del año, si quieres colaborar con algo mínimo para mejorar la armonía de todo y de todos, busca el silencio.

En la oficina, todos apurados por terminar. En el supermercado, todos apurados por comprar, discutiendo, quejándose. En el shopping, gastando, charlando, buscando el regalo indicado. Ruido por todos lados. ¿Puedes hacer callar a toda esa gente? ¿Puedes silenciar todos esos sonidos? No. Lo único que puedes realmente hacer el callarte a ti mimo, silenciar tus ruidos.

El silencio no solo implica dejar de hablar. Cada movimiento que haces genera un ruido, intenta escuchar los ruidos que haces al moverte y luego quédate quieto silenciando el ruido de tu movimiento. Si te rascas la nariz, te mueves y generas ruido, deja que la nariz se rasque sola.

Si practicas tai chi o chi kung puedes realizar una postura estática. Las posturas estáticas, como abrazar el árbol o el árbol en el río, buscan la quietud absoluta del cuerpo en primer lugar, luego profundizan el silencio hacia el interior. Si meditas, ya sabes de lo que hablo.

Cuando te quedas quieto puedes escuchar tu mente. Lo que sucede en tu cabeza, tus pensamientos y percepciones generan tus movimientos. No sabes porque te mueves pero lo haces. Si dejas de moverte escucharás los pensamientos que generan tus movimientos. Observa esos pensamientos, resiste los impulsos, no reacciones, solo observa.

Verás que los pensamientos pasan. Si esperas unos segundos sin moverte, el pensamiento desaparece. Aparecerá otro, vuelve a esperar, se irá. Cada vez serán menos y menos.

Cuando silencias tu mente puedes escuchar lo que sucede dentro de tu cuerpo. Escucha tu respiración, verás que hace ruido, a veces mucho ruido. Para silenciar la respiración debes llevarla al abdomen y dejarte llevar por ésta. No respires porque quieres respirar, tu cuerpo sabe respirar solo, confía en él. Deja que el cuerpo, no tu mente, guíe el proceso. Cuando necesites, inspira, cuando necesites, exhala. Si te apuras en respirar, haces ruido.

Todavía no te mueves, dejas pasar tus pensamientos y escuchas tu respiración. Siente tu corazón, los latidos y la sangre que sale del mismo, fluye hasta los confines de tu cuerpo, las yemas de los 20 dedos, y luego regresa. La sangre circula alterada todavía y hace ruido. Lleva tus emociones. Observa lo que sientes, las emociones también pasan. No busques justificaciones, no reacciones. Estás bien exactamente como estás, no hace falta más nada. No hace falta que te defiendas.

Por debajo de todo eso, está tu energía. ¿Circula? Escúchala. Si hay ruido, hay bloqueos. Silencia esas congestiones de energía en tu cuerpo soltándolas, deja que se vayan a la tierra, no las necesitas. No te apegues a ellas, confía en que el silencio es más bello que aquello a lo que te aferras.

Disfruta ahora el silencio.

Abre tus sentidos, percibe lo que sucede a tu alrededor. Todavía están todos corriendo en la oficina o gritando en el shopping. Alrededor tuyo todo sigue igual, pero tú estás el silencio, porque el silencio se encuentra dentro de uno mismo.

Felicidades!


Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.

10.12.10

Sin sentido (?)

A esta altura del año hacemos muchas cosas sin sentido y otras cosas, porque creemos que no tiene sentido hacerlas ya, no las hacemos.

No tiene sentido…
ü Apurarse por hacer lo que queríamos hacer y no tuvimos tiempo.
ü Querer lograr de golpe todas las metas pendientes.
ü Cerrar ciclos, solo porque es fin de año.
ü Hacer balances sobre el año, comparar lo positivo con lo negativo, como si realmente fuera posible compensar.

Creemos que no tiene sentido…
ü Probar cosas nuevas a fin de año.
ü Empezar algo nuevo, aprender.
ü Seguir intentando.
ü Ver solo el momento presente (evitar el balance).

Muchos, en estos días están evaluando lo que han hecho durante el 2010, contabilizando ganancias y pérdidas en lo relativo a lo vivido, a las experiencias. Lo que ya pasaron por eso, o no les importa tanto, tal vez ya estén planificando el 2011, viendo que van a hacer, definiendo las metas. Todos ellos se olvidaron del momento presente. Diciembre es un mes que existe y que se debería vivir de manera consciente, pero parece que es un mes de proyecciones al pasado y al futuro. Estamos todos en otro lado. Aquí y ahora, ¿quién está?

Hacer ciertas cosas en diciembre parece que no tiene sentido. Si tiene mucho sentido siempre, focalizarse en este momento. Si tienes ganas de comenzar a practicar tai chi o lo que sea, hazlo. Si todavía no pudiste lograr eso que querías y quieres seguir intentando, dale para adelante. Si quieres empezar algo nuevo, empieza. No dejes que el calendario te condicione.

No tiene mucho sentido pasar varios días pensando en el pasado y otros tantos pensando en el futuro, pero si aun quieres hacerlo, hazlo consciente de que te estás perdiendo varios días de tu vida. Si quieres cerrar los ciclos por que es fin de año, hazlo consciente de que lo haces porque el calendario te condiciona.

Al fin y al cabo, el calendario gregoriano por el cual nos regimos, es una convención mundial instaurada hace 400 años y válida a nivel mundial (o sea que todos los países lo aceptan) recién desde principios del 1900. ¿Es importante? Por supuesto que si, vivimos en esta sociedad. ¿Podemos ignorarlo un poco? Por supuesto que si, el ser humano está presente en este mundo hace más de 10.000 años.

Hay personas que me preguntan si se pueden incorporar a la clase de tai chi a esta altura del año, preocupadas por no saber lo que el resto de los practicantes ya sabe o por haberse perdido el resto de año. Siempre es un buen momento para comenzar a practicar o a aprender algo que no hará sentir mejor y nos ayudará a mantenernos mas conscientes del momento presente.

Cada cosa que hacemos, si la vivimos conscientemente, tiene importancia por si misma. La clase de tai chi, aunque no sepas nada, si la vives con tu cuerpo y con tu mente, será excelente y te ayudará a vivir el fin de año.

Lo que no sabes, o lo que ya sabes no tiene importancia. Los días pasados o los que llegan después del brindis, no tienen importancia. Lo único que vale es ahora, tu, leyendo. ¿Estás aquí? Entonces pasado y futuro están en este mismo momento.

¡Felicidades!




7.12.10

El enraizamiento de la mente

Así como el cuerpo se conecta con la Tierra para encontrar su fundamento, la mente se conecta con el presente.

Una buena postura. Separar los pies el ancho de caderas, apoyar el pie completo en el suelo, bajar el peso del cuerpo al punto 1 de meridiano de riñón. Ese es el punto que nos conecta con la tierra. Relajar las rodillas, entrar suavemente la cadera para rectificar las lumbares. Estirar la coronilla hacia el cielo. Bajar los hombros, relajar los codos. Sentir la suavidad en las manos.

Una buena postura. Separar los pensamientos y las emociones. Dejarlos pasar, sin rechazarlos o apegarse a ellos. Sentir la respiración. Es lo único que perdura. Es el presente, el ahora. Sentir el cuerpo, cada parte. Es lo único que está porque es lo que percibimos siempre. Es el aquí. Centrar la concentración en ello, en el aquí y ahora, en la respiración y el cuerpo. El fundamento de la mente está allí y a eso se agarra. La mente se enraiza al presente.

Las raíces del cuerpo entran en la Tierra. Las raíces de la mente entran al momento presente.

         

El enraizamiento es estabilidad, equilibrio, armonía, discernimiento, sensaciones… Cuando el cuerpo no está enraizado, es imposible andar, uno se cae, se pierde, se deja empujar, no se sabe defender. Cuando la mente no está enraizada, no hay claridad, se pierde entre los pensamientos hacia pasado y el futuro, se cae en el vacío que genera el continuo pensamiento, se deja empujar por las emociones, no se puede defender de si misma.

Pie derecho, pie izquierdo. Inhalación, exhalación. Tus ojos leen, tu mente interpreta. Quédate aquí, en tu cuerpo. Quédate ahora, respira. Sigue aquí, no importa lo que hagas. Regresa.

Regresa otra vez. Quédate contigo.




2.12.10

Juntar energía para llegar a fin de año

Ejercicios simples de chi kung

Cuando realizamos algo que requiere mas energía de la que poseemos nos sentimos cansados, desgastados. Si trabajamos mucho, nos cansa el trabajo. Si estudiamos mucho, nos cansa la escuela. Si nos obsesionamos por el orden de la casa, nos cansa la casa. Y si nos relacionamos mucho, nos cansan las personas. Esta desarmonía entre la capacidad de uno para hacer algo y finalmente lo que realmente hace, se manifiesta físicamente como cansancio. Cuando la desarmonía surge en varios ámbitos de la vida, ¡estamos agotados!

Como decía en el artículo anterior, la necesidad de representar papeles de actor en la vida nos lleva a realizar esfuerzos que desgastan nuestra energía. Aun conscientes de ello, es difícil mantenerse atentos y no caer en el efecto “cansancio de fin de año”. Para quienes todavía tienen algunas semanas de trabajo o de escuela antes de las vacaciones o simplemente para llegar a las fiestas con toda la energía, acá van tres ejercicios simples de chi kung para recargar las pilas:

Respiración abdominal

Sentarse tranquilamente en algún lugar donde no haya posibles interrupciones por 10 minutos. Es más recomendable utilizar una silla en vez de sentarse en el piso como indio, ya que permite expandir mejor el abdomen.

Tomar aire por la nariz de manera consciente pero sin exagerar, expandiendo la zona de la panza durante la inhalación. Al principio es difícil no mover los músculos del pecho, pero con el tiempo el cuerpo aprende esta nueva forma. Lo importante es no presionarse. Exhalar por la nariz sintiendo como el aire pasa por las fosas nasales dejando que la panza vuelva hacia adentro, sin forzar el movimiento.

La concentración debe estar puesta solo en respirar. Cuando uno se desconcentra y se encuentra pensando, simplemente debe soltar los pensamientos y nuevamente concentrase en respirar.

Esta respiración permite que la energía dispersa en el cuerpo se reúna en el dantien inferior, centro energético ubicado en la panza responsable de almacenar la energía. Cuando en el dantien hay mucha energía, uno siente vitalidad y el cansancio desaparece. Además, activa el sistema nervioso parasimpático favoreciendo la relajación del cuerpo, la regeneración de las células y la disminución del estrés.

Juntar energía del cielo y de la tierra

Desde una posición relajada, parados con los pies separados ancho de caderas y los brazos relajados al costado de cuerpo, respirar de manera abdominal unos minutos para relajar el cuerpo.

Al inhalar, elevar los brazos por los costados del cuerpo, juntando energía del aire con las manos hasta llegar encima de la cabeza. Bajar los brazos por delante del tronco, hacia el dantien durante la exhalación, con la intención de incorporar en el cuerpo la energía juntada por las manos.

Con la siguiente respiración, bajar los brazos y el tronco hacia el suelo, juntar con las manos la energía de la tierra y luego subir lentamente llevando esta energía al dantien, con la misma intención anterior. Repetir varias veces juntando la energía del cielo y de la tierra sucesivamente.

Este ejercicio permite incorporar fácilmente energía del universo y sentir vitalidad y fuerza.

El árbol en el río


Esta es una postura estática que favorece el enraizamiento y la incorporación de energía de agua en el dantien inferior. Esta energía enfría el cuerpo, equilibra lo emocional (apaga el fuego del corazón), nutre los riñones y favorece la relajación y regeneración. La respiración durante la ejecución de la postura es abdominal.

Parados ancho de caderas imaginar que los pies reposan en el fondo de un río. Sentimos las piedritas bajo los pies y con cada exhalación, los pies se hunden en el lecho de río. Posamos las manos sobre el agua a la altura de la cintura, con los brazos relajados. Los hombros flojos, lo mismo los codos y las manos ubicadas por debajo de la altura de los codos con los antebrazos abiertos a 45º mas o menos.

Los pies son las raíces y los brazos son las ramas del árbol. Las manos son las hojas que al tocar el agua generan las ondas circulares. Al principio el agua puede estar agitada y turbia. A medida que pasamos minutos en la postura, el agua se va aquietando hasta llegar al punto de quietud total. Si nos movemos, movemos el agua. No debemos hacerlo, la calma del agua nutre el cuerpo. Así nos quedamos unos minutos, no tiene importancia cuantos, sino la concentración y atención puesta durante estos breves momentos de calma.

Para cerrar la postura, imaginar que juntamos agua con las manos, rozando la superficie, y la llevamos al dantien, tres veces. La energía del agua entra así al cuerpo.

Lleguemos todos a fin de año con la energía puesta en el momento presente. Dejemos atrás el cansancio, las quejas, el pasado y no pensemos tanto en lo que vendrá. Cada momento es valioso y para vivirlo plenamente hay que estar en armonía con uno mismo, con vitalidad y ánimo.



Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.