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28.9.16

El valor de las cosas

Una historia zen...

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-Encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien -asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó: -Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.

-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

Esta es una historia que nos enseña que el verdadero valor de las cosas solo puede ser apreciado por un experto.

Autor anónimo.

8.9.16

Práctica de movimiento consciente “Secuencia Humana”

Recalibración Energética Tercera Ola de Energía Sept. 2016


 

Los anclajes de luz y energía que venimos experimentando tienen que ver con la recodificación de nuestro ADN... La práctica con la energía / luz de esta manera va limpiando lo viejo y genera espacio para que lo nuevo surja.

Técnicamente se practica como detallo a continuación:
Son 3 ciclos respiratorios (inhalación – exhalación)

1er ciclo: Conectar Tierra y Cielo hacia el Corazón. Inhalar al elevar los brazos. Exhalar al descender la energía al Corazón.

2do ciclo: Expandir y manifestar la luz desde el Corazón a las manos, que son la expresión creativa de éste Inhalar al expandir. Formar con cada mano el mudra “shuni” (pulgar y dedo medio tocándose). Exhalar al descender con el coxis apoyando los mudras en el aire, alineados a la altura del centro del pecho.
En este momento, todo nuestro cuerpo físico y energético es irradiado por luz.

3er ciclo: Manifestar y anclar la energía a Tierra para su materialización y expansión a todos los seres. Inhalar desarmando el mudra y elevando unos centímetros sendas esferas de energía en cada mano. Exhalar descendiendo a Tierra.

Finalizar la secuencia alineando el cuerpo en el eje sacro-craneal, palmas enfrentadas apuntando a Tierra con los dedos medios. La secuencia se puede repetir varias veces. La última repetición se cierra en el Corazón.

La práctica periódica sirve para:
Mantener el cuerpo físico en armonía.
Metabolizar las nuevas energías mas fácilmente y sin efectos colaterales.
Depurar y regenerar el campo energético.
Anclar la luz y las frecuencias de la 5D en el cuerpo físico.
Recodificar el ADN.
Recalibrar el cuerpo en todos sus planos en función de los nuevos patrones y códigos energéticos.
Útil para todo momento de cambio energético en el futuro.


Si te interesa aprender esta práctica y/o recibir una recalibración energética, por favor contáctame:

Con amor y luz, en servicio para todos los seres.