Una diferencia importante entre la gran cantidad de técnicas y métodos de meditación que existen actualmente es dónde cada uno de ellos ancla la mente.
Anclar la mente se refiere a qué hay que prestarle atención durante esos minutos de quietud en los que uno se dispone a meditar.
Las tradiciones hinduistas nos indican que podemos anclar la mente concentrándonos en la repetición de un mantra o sonido interno. También podemos utilizar una imagen (símbolo, mandala, yantra) y anclar la mente concentrándonos en ésta.
El taoísmo nos dice que podemos anclar la mente concentrándonos en el chi o energía vital que circula por el cuerpo, principalmente observando el dantien inferior, ubicado debajo del ombligo, centro energético donde se reúne la energía del cuerpo.
Estas dos tradiciones también nos enseñan a anclar la mente en el movimiento y en las posturas (qigong, yoga, asanas y mudras).
Las corrientes budistas y zen enseñan a anclar la mente en la mente. Observamos los pensamientos sin intervenir en ellos y los dejamos pasar, sin generar apego o rechazo a los mismos. Otro punto de anclaje son las sensaciones y el cuerpo.
Todas las tradiciones orientales enseñan a anclar la mente en la respiración y esta es la técnica básica para comenzar a meditar. Simplemente sentarse quieto unos minutos y mantener la atención en el aire que entra y sale del cuerpo y cada vez que nos sea posible, luego de desconcentrarnos, llevar nuevamente la atención a la respiración.
Algunas escuelas del zen utilizan los koans para anclar la mente, unas adivinanzas aparentemente absurdas y casi sin solución inmediata que intentan desestructurar la mente ordinaria para llevarla mas allá.
En el zen también se utiliza la contemplación y atención plena al momento presente como elemento de anclaje. Es bien simple, solo debemos estar atentos a los que está sucediendo alrededor y en uno mismo, de manera relajada y receptiva. Es bien difícil de lograr!
El punto es que a la mente hay que disciplinarla. Para lograr concentración, hay que practicar concentración. Para lograr atención, hay que practicar atención. La mente es muy dispersa y saltarina, va de un pensamiento a otro sin motivo ni lógica y pasa de la plena concentración a la dispersión total en milisegundos.
La práctica de la meditación nos permite mejorar la atención y la concentración y también adquirir la capacidad de darnos cuenta cuándo estamos desconcentrados y dispersos para volver al momento presente cada vez mas veces.
No es que debemos estar siempre atentos y concentrados de manera obsesiva sino que debemos darnos cuenta que la realidad, lo real, es lo que nos rodea en este momento, el piso, la silla, las personas, la computadora, el aire que respiramos. Los pensamientos, las ideas, los recuerdos, ahí a donde se va la mente puede ser más o menos lindo que la realidad pero no es la realidad.
La meditación nos lleva a pasar mas tiempo en lo real.
Cuando tenemos la posibilidad de practicar en la naturaleza, un hermoso punto de anclaje es el sonido de los pájaros que con cada piar nos recuerdan el aquí y ahora…
Comparto con uds. estos sonidos de pájaros para meditar: