BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

28.9.14

¿Cómo darse cuenta?

DARSE CUENTA, así con mayúsculas. Cómo darse cuenta de las cosas, de lo que realmente está sucediendo, ahí por debajo de las emociones, pensamientos, turbulencias de la actualidad. Cómo leer por debajo de la corriente lo que verdaderamente está pasando?

Qué incógnita!
En el zen se diría así: Cómo darse cuenta? Dándose cuenta!


Tengo dos teorías sobre cómo lograr darse cuenta…

Alto Nivel de Consciencia – ANC
(me voy a tomar esto un poco en risa…)

EL ANC se logra a través de estudio y práctica. Estudio de las filosofías que permiten elevar la consciencia, sea por nacionalidad: China, Japón, India, etc.; o por tradición: Taoísmo, Budismo, Hinduismo, Zen. A la vez, es necesaria la práctica de una o varias disciplinas que eleven la conciencia. Siguiendo la misma categorización: tai chi chuan y chi kung, meditación zen y bushido, yoga y meditación vipassana, son solo algunos ejemplos.

También es necesario el seguimiento por Facebook de algunos seres emblemáticos del ANC: Lao Tse o Buda. Esto son solos ejemplos acotados, tener en cuenta que el ANC se puede lograr por diversidad de caminos.

Nos tomamos muy en serio esto de elevar la propia consciencia. Es el mandato de estos tiempos… porque el planeta esta “ascendiendo” y nosotros deberíamos “ascender” también. Si no “ascendemos” nos vamos a quedar atrás (o abajo).

Trabajar en la “pureza del espíritu” requiere mucho esfuerzo, compromiso con uno mismo y práctica. Práctica constante de lo que sea que practiques, aplicado a lo cotidiano. Es ahí, en lo cotidiano, en donde nos damos cuenta de lo que hacemos.

Es el tai chi de lavar la ropa, la meditación de manejar el auto, el yoga de hacer la cena y el zen de cola del banco. Ahí, en la realidad, está aquello de lo que te tienes que dar cuenta.


Bajo Nivel de Resistencia – BNR

Lo que sucede cuando te das cuenta es que automáticamente quieres no haberte dado cuenta. (Lee nuevamente la frase y date cuenta de lo que significa). Preferimos la ignorancia.

Tu mente -eso que crees que es algo separado de ti y de tu cuerpo- tu mente no quiere darse cuenta de muchas cosas, entonces te las esconde, las olvida, las encapsula en alguna parte del cuerpo para que no las encuentres ni las descifres nunca jamás.

Por qué? porque hablan de tu imperfección, de tu naturaleza humana, de tu mal hacer, de tu SOMBRA. Sabiendo eso, la verdad es que no quieres darte cuenta. Y cuando aparece aquello que debes ver, no lo ves. No quieres verlo. Te resistes en altísimo grado a aceptar eso que aparece.

Para qué sirve el ANC si cuando hace efecto no quieres ver los resultados? Sigues enfocado en seguir elevándote sin concentrar ni un solo esfuerzo en cultivar un BNR. Todo lo que hagas será en vano hasta que no puedas ver (y tomar) lo que aparece en frente tuyo.

Y esa es la práctica del BNR. Con lo que aparece, practicas, no te resistes. Haces el tai chi del enojo y la furia, la meditación de la muerte de tu abuelo, el yoga del cáncer y el zen del novio que te ha dejado.

Si perseveras en la práctica del BNR, se te revela lo que está debajo de la superficie y entonces te das cuenta y también puedes tomar aquello de lo que te das cuenta y darle una nueva fluidez a tu vida.

Yo llamo a eso “Práctica Kamikaze”. Practicas con lo que aparece aunque creas que te vas a morir en eso.
Y resulta que no te mueres, sino que te iluminas.


Dedicado, con puro agradecimiento, a JM.

En el artículo anterior, un ejemplo de iluminación sin nivel de consciencia alguno, solo a través de la relación directa con la realidad, sin resistencia.


La iluminación de un campesino

Este post viene en relación a ¿Cómo darse cuenta?

A continuación, un ejemplo de iluminación sin nivel de consciencia alguno, solo a través de la relación directa con la realidad, sin resistencia.


Hui Neng (638-713) alcanzó la iluminación muy joven y que en su madurez predicó la enseñanza, logrando una enorme difusión del budismo durante la dinastía Tang, una época de gran apogeo cultural. Su exposición del budismo es sencilla, y su mensaje se centra en la inminencia, basada en la penetración directa dentro de la naturaleza esencial de la consciencia.

“Hui Neng, cuando era un pobre leñador analfabeto, escuchó por casualidad el Sutra del Diamante porque alguien en el pueblo estaba recitándolo y, al sólo escucharlo, de inmediato alcanzó la iluminación. Supo entonces que esa persona que estaba recitando el sutra vivía en el monasterio del quinto patriarca y decidió ir ahí, donde al solicitar su ingresó se le asignó la labor de moler el arroz.

Un día, para poner a prueba a sus seguidores y encontrar a un sucesor, el quinto patriarca pidió a los monjes que escribieran un poema que expresara su comprensión del chan. Shen Hsiu, el monje de mayor brillantez intelectual, fue el único que aceptó el desafío y escribió su poema sobre un muro, aunque de manera anónima en un principio.

Nuestro cuerpo el árbol de bodhi es
y nuestra mente un espejo puro y claro.
Esmérate en limpiarlo momento a momento una y otra vez,
no dejando asentarse al sarro.

Hui Neng no sabía ni leer ni escribir. Al escuchar que alguien recitaba esos versos, Hui Neng respondió,

No árbol de bodhi hay,
ni la superficie de un espejo claro,
siendo todo vacuidad,
¿dónde, pues, se asienta el sarro?.

Un oficial que pasaba por ahí le hizo el favor de escribir su poesía en la pared. Cuando el quinto patriarca leyó los versos de Hui Neng comprendió enseguida que éste había percibido con claridad la esencia de la mente, pero también advirtió los peligros potenciales que podrían suscitarse a causa de los celos, si de pronto se elevara en forma pública a la más alta posición a un joven aparentemente tan sencillo. Borró de la pared los versos de Hui Neng, en secreto lo designó su sucesor y lo envió de inmediato a que se ocultara.

Quince años después, todavía escondido y sin haber sido ordenado, Hui Neng se encontró con dos monjes que discutían acerca de una bandera que ondeaba al viento. “Es la bandera la que se mueve”, decía uno de ellos. “No, es el viento el que se mueve”, aseguraba el otro. “Lo que se mueve es la mente”, les dijo Hui Neng.

Cuando le contaron esto al maestro del monasterio, él que había escuchado ya tantos rumores sobre el sexto patriarca fugitivo reconoció que se trataba de Hui Neng y le pidió que fuera su maestro. Así comenzó la trayectoria de Hui Neng como uno de los más grandes maestros del chan (zen en China).


Dedicado a Santiago, fan de Hui Neng.




20.9.14

La experiencia humana

No hay nada incorrecto en nuestras vidas, todo esto que nos pasa es perfecto.

Estamos obsesionados con el cambio.
Por un lado, no lo queremos, tenemos gran resistencia a cambiar.
Pero por otro lado, buscamos cambiar cada cosa que no nos gusta, como si cometiéramos errores. Lo que está mal, hay que cambiarlo.

Por qué está mal?
Porque generó sufrimiento, dolor, tristeza, algún sentimiento que no queremos o queríamos tener.
Ese es el problema, lo que no queremos sentir.
Tratamos a lo que no queremos sentir como algo que es incorrecto de existir, entonces lo queremos cambiar, eliminar del presente, del pasado y del futuro.

Qué agotador.

Miro mi vida hacia atrás y veo que todo lo que me ha sucedido es lo que ha traído hasta aquí y ahora. Muchas cosas “buenas” y muchas cosas “malas”. He cultivado la no-resistencia y entonces puedo ver mi pasado no como algo traumático y doloroso o fantástico y maravilloso, sino como simples momentos de existencia de la experiencia humana.

“No somos seres humanos atravesando una experiencia espiritual;
somos seres espirituales viviendo una experiencia humana”. (Pierre Teilhard de Chardin)



La experiencia humana… es lo que me resuena en estos momentos.
La experiencia humana es válida mientras la vivimos. La experiencia humana es de tercera dimensión, tangible, fuerte, densa, sostenible, a veces dolorosa y otras veces terriblemente placentera. Es lo propio de este plano.

Para aprender en esta vida, tomar lo que hemos venido a tomar y dar que hemos venido a dar, debemos vivir y experimentar todo aquello que es posible en la tercera dimensión, sobre todo: emociones densas y consistentes, que en otros planos no se sienten tan así.

Hay situaciones que veo y que vivo que me duelen, me dan impotencia, bronca o dolor. Estar y presenciar esas situaciones es parte de la experiencia humana. En otros momentos de la vida veo alegría y amor, me alegro por otros y comparto esa energía. La experiencia humana también me permite eso: experimentar todo con profundidad.

Entonces, porque hay cosas que están mal?
Nada está mal, todo tal cual está es perfectamente correcto.

Lo que es incorrecto es la resistencia. La resistencia a la vida, la resistencia a la experiencia humana tal cual es.

Acá hay que VIVIR, con todos los matices. Si no, para que vinimos?


16.9.14

Intención, atención y 4 momentos del proceso de cambio



Todo proceso de cambio que surge intencionalmente en una persona, como ser cambiar un hábito, un impulso emocional, una muletilla al hablar, una rutina cotidiana, etc., se realiza en 4 momentos que requieren mucha atención de parte de uno.

Pero antes es necesario que surja una intención de cambio, sin esa intención inicial que genera el movimiento, nada puede suceder y es el motivo por el cual muchos cambios no se concretan o no duran. Si uno realmente-profundamente no lo desea, no cambia.

Por eso no cambiamos cuando nos lo piden (la pareja, la familia…). Cambiamos cuando queremos y también cuando podemos, porque no es fácil y requiere entrenamiento.

El puntapié inicial: la intención de cambio
Nos damos cuenta que algo no está del todo bien. Salimos del estado de no-consciencia y surge una necesidad de algo diferente. Reconocemos a través  del cuerpo y el pensamiento que podríamos estar mejor de lo que estamos o que eso que hacemos quisiéramos no hacerlo más.

Una vez reconocido el objeto de estudio (eso que queremos cambiar) y tomando atención sobre ello, avanzamos en 4 momentos:

Momento 1: consciencia tardía
Seguimos haciendo eso que queremos cambiar y nos damos cuenta una vez acontecido el hecho. Es el primer paso hacia el cambio, darse cuenta de lo que uno ha hecho en tiempo pasado. (Antes ni siquiera nos dábamos cuenta!).

Momento 2: consciencia en tiempo real pero inevitabilidad
Nos damos cuenta en el momento mismo que seguimos haciendo eso que queremos cambiar y aun con la atención puesta en el hecho, no podemos evitar seguir con el mismo patrón de siempre. Es normal, crear un nuevo patrón de acción lleva tiempo y esfuerzo.

Momento 3: consciencia en tiempo real y cambio forzado
Esto sucede cuando de manera consciente y consistente llevamos a cambo una acción distinta, incluso auto-forzándonos para no hacer lo mismo de siempre (que es lo que surge aun naturalmente). Este es un momento clave porque podemos elegir hacernos los tontos y quedarnos en “es lo que me sale” sin hacer un real esfuerzo por accionar diferente.

Momento 4: consciencia de cambio
Es cuando nos damos cuenta que naturalmente hemos actuado diferente, sin esfuerzo. Es un momento maravilloso en el que sentimos que hemos logrado el objetivo. Ahora, ojo! la mente retrocede muy fácilmente si no mantenemos la atención presente.


Para esto, está bueno tener herramientas que ayuden a entrenar la atención y a cambiar patrones de conductas. No hace falta decir que la meditación es una de las herramientas que mas ayudan en el cambio.


3.9.14

La importancia de la soledad y el aire libre

Picasso en Malaga (estatua).
Terminando en invierno por este lado del mundo me doy cuenta lo importante que es para una persona tener un rato de soledad en algún momento del día y, a la vez, poder estar al aire libre. Durante el invierno estas dos cosas se van complicando: hace frio, estamos todos adentro, juntos y da pereza salir a caminar…

En la cotidianeidad, las relaciones, las actividades, vamos intercambiando energía con las personas y los lugares por donde andamos. Nuestro campo energético se va cargando. No importa que se cargue de lo bueno o de lo malo, lo que importa es se carga de cosas que no son propias.

El campo energético de cada persona es único, depende de sus emociones, pensamientos, órganos, postura, muchas variables. Se “contamina” con cualidades de las otras personas y de la energía que va quedando adherida en los ambientes y que tomamos al estar en o con.

La soledad es importante en el sentido de que nos permite: 1) metabolizar lo que hemos incorporado, eso significa que el sistema energético haga circular lo nuevo y lo incluya como propio; y 2) eliminar lo ajeno, lo que no hace falta, lo viejo para que entre lo nuevo, soltar lo que hemos tomado sin querer para quedar alivianado.

Si no lo hacemos a diario, el cuerpo energético se sobrecarga y termina afectando al cuerpo físico. Lo que sucede al estar en soledad es que el campo energético deja de interactuar con lo externo y puede ocuparse de sí mismo. Si siempre está intercambiando, no queda espacio para armonizar y re-equilibrar.

Para el proceso de soltar, limpiar y eliminar lo ajeno y lo viejo es sumamente importante entrar en contacto con la naturaleza. Por lo menos unos 20 minutos al día en el que estemos al aire libre dejando que la energía de la Tierra y el Cielo nos reciclen. La Tierra recibirá aquello que deseamos soltar y el Cielo nos nutrirá con nueva energía depurada y revitalizante.

En plena ciudad, en días de trabajo ajetreado podemos ir a una plaza cercana y sentarnos en un banco. No hace falta irse al medio del campo o a la montaña todos los días, sino encontrar un pequeño y simple espacio que nos permita la conexión con la naturaleza. Puede ser el balcón, el patio, la plaza, una caminata por la peatonal, sentarnos al lado de una fuente, etc. Allí donde allá un poco de verde, tierra o agua…

Si no tenemos contacto periódico con la naturaleza se nos va complicando el auto-reciclado. El cuerpo también se va sobrecargando porque no posee el contacto a tierra necesario para soltar esa sobrecarga.

La próxima vez que te sientas agotado y saturado, ya sabes: un rato solo al aire libre es la solución.