En la medicina china, dentro de los factores externos que pueden afectar la salud, encontramos al viento. Éste afecta al cuerpo directamente, por ello cuando hay mucho viento suspendemos las prácticas en el parque.
Cuando nos exponemos al viento, luego de haber transpirado, favorecemos la posibilidad de que nuestro sistema energético y la salud se vean afectados por los síntomas relacionados a este factor climático.
El viento es generador de enfermedades y afecta a la parte superior de cuerpo: la cara, la cabeza, el cuello y los hombros, y también a la piel. Ingresa al cuerpo por los poros, la respiración (nariz) y los oídos. La prolongada exposición al viento debilita la energía defensiva del cuerpo posibilitando así la entrada del mismo al cuerpo y también de otros agentes patógenos.
Como el viento mismo, las enfermedades de viento están en constante movimiento dentro del cuerpo, son cambiantes y suelen aparecer abruptamente y luego desaparecer de la misma manera.
El viento de otoño afecta directamente a los pulmones, generando tos, flema, obstrucción nasal, picazón en la nariz o garganta, etc. Como es de naturaleza yang ascendente, genera dolores de cabeza, de oídos, tensión en el cuello y los hombros. A su vez, afecta a la piel, causando sudoración y sensibilidad al frío. Por su naturaleza cambiante afecta el equilibrio físico y emocional, causa vértigo, temblores y espasmos musculares.
El viento de primavera, otra época en Córdoba (Argentina) en la que hay mucho viento, afecta al bazo y estómago, desequilibrando la energía del elemento tierra y puede causar vómitos, mareos e indigestión.
Se relaciona directamente con la energía del elemento madera que en el cuerpo se encuentra relacionada con el hígado y la vesícula biliar. Las emociones relacionadas son la ira, la cólera y los enojos en general. En días de mucho viento las personas se tornan irritables sin motivo. La vesícula biliar se relaciona con la capacidad de decisión, por ello, no se recomienda tomar grandes decisiones los días ventosos.
La energía del hígado se expresa en los ojos y por ello el viento afecta directamente a éste órgano sensorial, irritándolos. La incapacidad de ver correctamente el entorno dificulta también la toma de decisiones y a su vez el equilibrio. La referencia visual es un factor muy importante en el equilibrio físico y la quietud del entorno que percibimos también. Si lo ojos se encuentran irritados y los árboles y las banderas se mueven arremolinadamente, el mucho más difícil lograr una postura equilibrada.
Por todos estos motivos, no es recomendable practicar tai chi o chi kung los días de mucho viento, aun en espacios cerrados y por ello suspendemos las clases en el parque. Durante la práctica uno transpira y se vuelve permeable a la energía, si el viento entra al cuerpo, terminamos enfermos luego de la clase.
Otros factores climáticos que limitan la práctica son las tormentas, pero obviamente cuando llueve suspendemos las clases, y el calor extremo, tipo temperaturas del desierto, que son poco probables en nuestra ciudad.