Tai chi, chi kung, yoga, son solo herramientas de aprendizaje. Apegados a los nombres, los significados, las formas, los uniformes, lo único que importa es lo que experimentamos durante la práctica. ¿De qué sirve el shou juei pi pa, la dhanurasana o la forma de 45,9 movimientos si realmente no experimentas lo que sucede en tu cuerpo mientras practicas?
Puedes contarles a todos que practicas tai chi, meditas y haces yoga, pero ¿realmente lo haces? Y si no haces nada ¿quedas automáticamente excluido del grupo de gente con posibilidad de llegar a la iluminación? Pensar que estas actividades son ajenas a la vida misma es un error. Creer que solo a través de una postura con un nombre raro y una concentración determinada abriremos la consciencia para acceder a algo mas, es menospreciar el trabajo mismo de los grandes maestros.
El universo nos ofrece constantemente herramientas de aprendizaje para lograr estar atentos, plenos de consciencia al momento presente. Para aprender a percibir nuestro cuerpo, nuestras acciones, nuestras palabras, cualquier oportunidad que se presente es válida.
Meditar en silencio en medio del campo nos permite concentrarnos más fácilmente. Debemos poder meditar en medio de nuestro entorno de vida. Cada sonido que se presenta, el ladrido del perro, el timbre de la escuela, es un llamador al momento presente. Triiiiinnnnnnggg!!!! Vuelve, aquí y ahora.
El estado de plena consciencia es impermanente, va y viene con la brisa de otoño. Cuando manejas y sin darte cuenta pasas por encima de un pozo, di: gracias pozo por ayudarme a volver a mi momento presente. El pozo, una herramienta de aprendizaje.
El auto que circula detrás de ti, tu pinche tirano. Exactamente en el lugar que debe estar, te hace luces y te apura: tu herramienta de aprendizaje. Siente tu respiración, observa las emociones que surgen, déjalas pasar, no reacciones. Déjalo pasar, al auto. Practica el ceder.
La clase, fuera de la clase. El maestro en cada esquina: el semáforo. Frena, detente, siente tu respiración, vuelve al presente. Si cruzas desatento, los autos te pisan.
El colectivo, tu oportunidad para enraizarte. Siente los pies, siente lo cambiante. Mantente atento a tu respiración, a tu conexión con la tierra.
Siéntate en un banco de la plaza. Observa la vida pasar, observa la gente caminando apurada. Eres uno de ellos, o no. Las personas, herramientas de aprendizaje, te muestran pedazos de tu propia realidad. No critiques, cambia.
“La hora pico” de Alejandra Corini |
Transforma cada queja en una oportunidad de cambio. Aprende, flexibilizate.
La verdadera meditacion, en tu auto, en medio de un embotellamiento, frenado encima de una cloaca rota que suelta a borbotones su olor por debajo de ti. Siente la respiración, tal como es. El olor es impermanente, luego de unos minutos no estará mas presente. O te escapas o te quedas. Practicas.
Los invito a dejar mas ejemplos de herramientas de aprendizaje. De eso que te quejas siempre, conviértelo en una oportunidad de aprender. Espero sus comentarios para que cambiemos todos!