Hace unos años se realizó una investigación sobre el efecto placebo en mujeres embarazadas. Se les suministro un jarabe para frenar las nauseas, pero en realidad el mismo era un medicamento emético. Las mujeres creyeron en la recomendación del médico y como resultado la investigación indicó que el tratamiento fue exitoso y las nauseas desaparecieron. El poder de la mente determinó el resultado. La creencia que cada mujer tenía en el tratamiento activó en su cerebro lo necesario para que éste funcione. El efecto placebo es la demostración de la fe, las creencias determinan los resultados.
En todas las áreas de la vida, la mente colabora para que uno llegue a ser la persona que desea ser, activando para ello la corteza prefrontal, la zona ejecutora del cerebro. Esta zona comprende casi el 30% del cerebro y es lo que nos diferencia de los animales, permitiéndonos la habilidad de planificar, direccionar y focalizar. Cuando la corteza prefrontal está sana, uno puede tomar buenas decisiones y realizar acciones efectivas para alcanzar los objetivos que uno se ha planteado y mantener el foco en ellos. La mente es un aliado poderoso. El pensamiento positivo influye sobre los resultados y las acciones de la vida, de la misma manera que los pensamientos negativos entorpecen y dificultan el camino. Es así como la ley universal funciona, dándoles la misma oportunidad de triunfar.
Lo que uno cree es frecuentemente el factor más relevante en un tratamiento médico y también en la práctica del tai chi. Cuando uno cree que va a aprender una Forma, la aprende. Cuando uno cree que puede mejorar en su práctica, mejora. Si uno se visualiza mas fluido en los movimientos, es posible crear ese resultado con el tiempo. Saber que en una competencia uno se desenvolverá bien, creer que uno se convertirá en mejor profesor o tener la expectativa de mejorar la coordinación, ayuda a lograr esos mismos objetivos.
Focalizar la mente en la práctica de tai chi unifica el movimiento desde la intención hasta la realización del mismo y de la Forma entera. Cuando la mente dirige el movimiento, la intención determina que la energía fluya hacia los brazos y piernas, siguiendo lo que uno visualiza en la mente.
La energía siempre sigue a la intención. Visualizar lo que uno quiere hacer, verlo claramente y creer que es posible llevarlo a cabo comprende una gran parte del logro que conlleva practicar tai chi. Monitorear la alineación del cuerpo a medida que uno se mueve, mantener la atención interna, controlar la velocidad y la coordinación con la respiración y ejecutar el movimiento con la fuerza exactamente necesaria requiere tremenda focalización. Cuando se utiliza la atención y la intención para articular los objetivos de la práctica de tai chi y se visualiza los mismos como realidad, uno se encuentra utilizando el poder de la mente para mejorar su tai chi.
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Artículo original:
“The Power of Your Mind” by Caroline Demoise, Master Trainer.
Dr Lam's Tai Chi, Health & Lifestyle Newsletter - Issue Number 106, June 2010 http://www.taichiproductions.com/newsletter/individual_newsletter.php?id=384
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Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.