Intentar meditar es como querer hacer dieta (ya lo dije en el primer post de esta serie), por ello todos los lunes vamos a intentar comenzar a meditar. Una y otra vez, retomar la práctica sin preocuparnos por los logros sino concentrándonos en la meditación misma que hacemos hoy (siendo “hoy” el día que leas o re-leas este artículo).
La meditación es tan simple de practicar que puedes hacerla en cualquier momento, sin cambiarte de ropa o de calzado, sin planificarlo con antelación, sin necesidad de ningún accesorio. Simplemente te dispones a meditar por los siguientes minutos.
Claro, tiene que vencer lo más difícil: tu propia mente que te sugiere un montón de otras actividades para realizar en vez de meditar. Comenzar con unos pocos minutos al día es lo más indicado. De los 1440 minutos que hay en un día, ¿puedes destinar algunos a meditar? ¿Cuántos? 10? 7? 5? 1?
Un minuto lleva la “Meditación de un Momento” explicada en este video…
Es el primer paso para aprender a frenar. Está bien, tu mente te dice que no tienes tiempo o que no puedes frenar… entonces aprende a hacerlo en un minuto. Pero dedica completamente ese minuto a tu respiración, al silencio, a estar atento. Apenas tu mente comience a planificar, organizar, ignórala, deja pasar esos pensamientos. No desaproveches tu minuto.
Puedes repetir este minuto de meditación varias veces al día. Puedes practicar lo suficiente para que logres la sensación de paz solo en un momento como dice el video. Pero también puedes comprender que si tienes un minuto también tienes 2 y 5 y 10… y entonces puedes perfecta y tranquilamente dedicar 10 minutos diarios a meditar, allí donde estés.
¿No lo crees? Es que estas nuevamente pensando en 10 minutos y en que no tienes esos 10 minutos, en vez de pensar en solo un momento. Empecemos de nuevo: ¿tienes 1 minuto? Bien, úsalo para meditar. Luego vemos el resto.
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