Imaginate parado en una bifurcación de caminos sin poder decidir cual de los dos tomar. Estarás ahí quieto hasta que tomes una decisión. Solo cuando decidas, empezarás nuevamente a caminar.
La mente guía la energía…
Si tu mente está indecisa, tu energía se estanca y se queda ahí esperando en la bifurcación de tus pensamientos. Cuando mas dura la indecisión, mas energía se junta en ese camino causando dolor, enfermedad, estancamiento.
La indecisión es un pensamiento que trae consecuencias interesantes. En primer lugar, como decía, un bloqueo energético. En segundo lugar, una referencia física de ese bloqueo que puede aparecer en el cuerpo de distintas formas: acidez estomacal, dolor de garganta, de cabeza, inflamación… depende de la naturaleza de la indecisión. En tercer lugar, una resolución a esa indecisión. Si la mente no decide, el cuerpo lo hará.
Si la mente decide, todo seguirá el camino elegido. Puede haber seguridad o arrepentimiento. Ante la seguridad, la energía fluye, ante el arrepentimiento, la energía se estanca nuevamente.
Pero si la mente no decide, el cuerpo lo hará. Esta energía que se acumula con la indecisión no puede seguir haciéndolo por siempre entonces impulsará una decisión. Puede explotar y llevarnos a actuar impulsivamente, puede causar agotamiento y llevarnos a la apatía o puede invertir su fluir y hacernos retroceder. Todo esto causará dolor, sufrimiento, enfermedad…
¿Cómo tomar la decisión correcta?
Encontrando la respuesta que no sale de nuestra mente, que no sale de los consejos ajenos, que no sale de las emociones que nublan el equilibrio. La respuesta está siempre dentro de uno.
Para encontrarla es necesario buscar el silencio interno. Dejar de lado los pensamientos y las emociones que surgen...el miedo, la incertidumbre, el arrepentimiento futuro, la expectativa... confiar en que la decisión que se tome será la que debe ser. Estar atento y escuchar adentro de uno. Allí está.
Si la acción surge del miedo, de la expectativa, del pensamiento ruidoso habitual, siempre habrá luego un bache en el camino que será arrepentimiento, dudas, frustración.
Si la acción surge del silencio interior luego todo fluye a favor de ésta y realmente podemos confiar en ello, sea la decisión que sea. Y luego todo resulta.