En general se cree que el TCC ayuda a disminuir el stress. Esta premisa es uno de los “caballitos de batalla” para atraer practicantes a la disciplina. Pero en realidad no está muy claro qué es eso que el TCC genera que hace que estemos menos estresados luego de unos meses de práctica.
La pregunta es si los efectos antiestrés del TCC se deben sólo a su esencia meditativa y relajante, o a otros factores no intrínsecos. Es sabido que podemos reducir el stress simplemente realizando actividades placenteras y que nos den satisfacción.
En comparaciones realizadas entre TCC y caminatas se analizaron diversos factores como el humor, la autoestima, satisfacción ante la vida y personalidad. Los estudios demostraron que las mujeres que practicaban TCC lograron disminuir la ira y mejorar el humor en general. También se detectó disminución en la tensión, depresión y ansiedad. En el caso de los hombres, principalmente se vio una mejoría en el humor, más que en otros factores.
En relación a actividades aeróbicas, danza y entrenamiento muscular, distintos estudios indicaron que practicantes de TCC y yoga mostraban mayores niveles de tranquilidad que aquellos que realizaban los otros ejercicios, en relación a stress psicológico, fatiga y cansancio.
Los investigadores concluyeron que ejercicios como el TCC pueden beneficiar a aquellas personas que se sienten confortables con este tipo de actividades y también a aquellos que no pueden realizar actividades con mayor exigencia física.
Por último, a través de análisis de sangre se hicieron estudios sobre el sistema inmunológico de los practicantes, antes y después de la práctica de TCC. Los estudios lograron demostrar que el TCC estimulaba la producción de anticuerpos. Como el sistema inmunitario, ante el stress, muestra un descenso en sus funciones, se puede estimar que el TCC no sólo reduce el stress sino que mejora el sistema inmunitario.
“Efectos del Tai Chi Chuan – relajación y ejercicios – en relación al stress y sensación de bienestar.” Por Erica S. Sandlund y Torsten Norlander.
Artículo publicado en el “Internacional Journal of Stress Management” año 2000.
http://www.krapu4.com/taichi/research/SandlundandNorlander2000.htm