Parte 2 de 2
Artículo original:
YMAA News – Marzo 2005
Taiji Solo Form – The benefits of group versus individual – by John Loupos, B.S.
http://www.ymaa.com/newsletter/pdf-archive?start=2005
Desde el punto de vista marcial, la cuestión de sincronizar los movimientos con los de otra persona es de elevada relevancia (…) Es muy importante conocer donde se encuentra el oponente en todo momento, y uno debe tener la capacidad de sentir instantáneamente si el oponente acorta distancias. Este sistema de “conocimiento” surge de observar al oponente y también de sentir su proximidad.
Practicar en grupo y desarrollar la atención sobre el espacio y lugar que los otros ocupan en todo momento, aún en la ausencia de contacto visual con cada uno, requiere desarrollar la atención periférica (…) Por supuesto, poder detectar dónde está el oponente no sirve de mucho si uno no sabe responder marcialmente como corresponde. Este es un nivel de preparación que requiere mucha práctica.
En el trabajo en grupo también es importante realizar variaciones en la velocidad. Aprender a mantener la postura corporal moviéndose a distintas velocidades es esencial desde la perspectiva marcial, ya que en una situación real, no es posible controlar la velocidad que utiliza otra persona contra uno. Al contrario, uno debería poder acompasarse al oponente. Hacer variaciones en la velocidad de práctica del grupo permite aprender a adaptarse a distintas situaciones rápidamente.
Otra enseñanza que surge de la práctica grupal es sentir y mantener la distancia con otros. Aunque muchas veces uno no es consciente de poseer esta habilidad, cuando se práctica con otros, por ejemplo en una clase demasiado concurrida, naturalmente cada practicante toma conciencia del espacio que necesita y que lo rodea para desarrollar la Forma. Automáticamente se ajusta el largo del paso, permitiendo manejar mejor las distancias a recorrer sin chocarse con otros. Llevado a otro nivel, esta habilidad permite controlar y mantener una distancia segura de otra persona ante algún problema real.
(…)
En conclusión, cuando se práctica y entrena en tai chi chuan uno crece y se desarrolla como persona. Este crecimiento personal muchas veces es lento, pero cada práctica deja una marca en algún sentido. Practicar en grupo permite que cada una de las personas aprenda de los demás y comparta su propio crecimiento. Ya que no existen mapas en este camino, un grupo brinda también apoyo y sensación de compañía en momentos de incertidumbre, ya que “la compañía en el camino es deseada” como dice Jay Dunbar.
Fin.