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Así como al elevar la rodilla por encima de la cadera perdemos el equilibrio natural del cuerpo, al realizar ciertas acciones o vivir determinadas situaciones, perdemos la armonía natural de nuestro ser.
¿Cuál es el límite emocional que equivale al muslo paralelo al piso? Es una pregunta que cada uno debe responderse. De la misma manera que hay un punto en que tendemos a torcer el cuerpo para compensar el exceso (la rodilla sobre-elevada), hay también un punto en el que nos torcemos para compensar el exceso emocional que estamos viviendo o la situación excesiva por la que estamos pasando. Ese es el límite de nuestra armonía.
Si encontramos ese punto, sabremos hasta donde podemos llegar sin que al día siguiente haya arrepentimientos, resacas, disculpas, culpas, indigestiones, mentiras, etc. Por ejemplo en una salida con amigos: ¿cuánto puedo comer sin que al otro día necesite hacer ayuno total? O ¿cuánto puedo beber sin tener una resaca la mañana siguiente?
Lo excesos se compensan con excesos opuestos. Si comemos mucho, al otro día el cuerpo necesita desintoxicar y no tenemos deseos de comer nada. Lo mismo sucede si bebemos en exceso. Si vivimos un momento de euforia, luego el cuerpo necesita descanso y quietud y puede que nos deprimamos. Si estamos en un momento de mucho estrés, luego necesitamos desenchufarnos por completo de la realidad para compensar.
El límite de la armonía nos da el rango de acción en el que el cuerpo y la energía pueden moverse con tranquilidad hacia un extremo y otro y volver de manera simple al centro sin necesidad de compensar.
Este límite tiene que ver con cada uno. Al igual que lo físico, hay personas más flexibles con mayores rangos de movimiento y hay personas mas acotadas. Lo importante es encontrar este límite y luego ejercitarlo, volver al centro y nuevamente expandirse hasta el punto en el que todavía sea fácil retornar. De esta manera el límite se va corriendo cada vez un poquito más y nos volvemos personas más flexibles a los cambios, con mayor capacidad de adaptación. Podremos experimentar nuevas experiencias sin que estas nos desequilibren.
Pero, a diferencia del límite del equilibrio físico, que tiene una cuestión postural relacionada y es inamovible, el límite de la armonía se encuentra en continuo cambio ya que está relacionado con nuestra energía. Dependiendo de nuestro estado emocional y energético, este límite estará muy cerquita de nuestro centro (o sea, poca tolerancia) o bien lejos del mismo indicando la flexibilidad y tolerancia de nuestro ser.
Esto se ejercita a través del movimiento físico y también poniendo intención y consciencia en nuestras acciones. Hay que ser conscientes de lo que hacemos y poner la energía en donde debe estar en cada momento. Lo importante es que una vez encontrado el límite ya no hay vuelta a atrás, este siempre estará presente avisándonos que nos estamos pasando de la raya.
Continúa…
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.