Debemos tener en cuenta que en el tai chi siempre se trabaja en relación del yin y el yang. En la búsqueda del equilibrio debemos tratar de imaginar este símbolo constantemente debajo de nuestros pies, delante de nosotros y es más, uno mismo dentro de una esfera de interacción yin-yang.
● Las posturas de pies deben estar integradas con el símbolo: tanto en la postura “paso del montañés”(o 70-30) como en la postura de ancho o doble ancho de hombros los pies encuentran su posición de equilibrio en función del yin y el yang debajo de los mismos.
● El centro de gravedad del cuerpo (dantien inferior) es el centro de un círculo que nos circunscribe. Este punto, a pesar de que el círculo se mueva y gire, siempre mantendrá la misma distancia respecto a la base que lo soporta.
● Este círculo es un símbolo yin-yang y debemos encontrar en él nuestra postura equilibrada: siempre la mitad del cuerpo debe ser yin, la otra mitad yang, arriba y abajo, derecha e izquierda, un pie yin, otro pie yang, una mano sobre el yin, otra mano sobre el yang
● El círculo se transforma en una esfera donde el diámetro es inalterable. El diámetro de la esfera en la que estamos circunscritos es nuestra columna vertebral. La alineación entre el punto de la coronilla (bai-hui) y el punto del perineo (hui-yin) determina la correcta postura de la espalda y la integración de nuestro cuerpo con la esfera yin-yang.
● A partir de allí, cada movimiento debe considerarse dentro de esta esfera. Si nos movemos hacia delante o atrás, el diámetro de la esfera (la columna) debe permanecer recto, con la distancia constante entre el centro de gravedad y la tierra y los pies alineados con el yin y el yang.
● Si el movimiento es lateral, sin traslación, los principios son los mismos y el cuerpo gira sobre su eje (como exprimir una naranja). Si la postura es en una sola pierna, el eje debe trasladarse a dicha pierna y todo el peso del cuerpo cae sobre el centro del pie.
Emociones en equilibrio
La consciencia de equilibrio dentro de la dualidad del yin y el yang se va internalizando, el cuerpo aprende a mantenerse en el medio, sin irse nunca al extremo yin, por ejemplo, todo el peso del cuerpo en la pierna de atrás; o irse a extremo yang, todo el peso adelante.
A medida que estos conceptos se aprenden y surgen automáticamente en nuestro cuerpo, aprendemos también a pensar y a sentir desde nuestro eje central, tratando también de no ir a los extremos emocionales. O por lo menos incorporando la capacidad de darnos cuenta del momento en el que estamos en el extremo y saber que hay formas de volver al centro.
Es así como emocionalmente logramos el equilibrio, reconociendo los aspectos yin y yang de cada emoción y su forma de complementarse con otras, ya que cualquier exceso será perjudicial, hasta un exceso de alegría.
Los procesos de mejora de equilibrio físico y de equilibrio emocional se retroalimentan. Los bloqueos energéticos se van soltando al mejorar el equilibrio físico y a su vez, las emociones generan menos bloqueos físicos al estar en equilibrio.
Lo importante no es estar siempre en equilibrio inalterable, sino darnos cuenta cuando estamos en desequilibrio y tener la capacidad de volver al centro.
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Bibliografía:
Libro “The Dao of Taijiquan: Way to Rejuvenation” de Jou Tsung Hwa - Tai Chi Foundation - ISBN 0804813574
Tai Chi del Parque – Córdoba, Argentina – Instructora Marcela Thesz