Por Robert Sohn
La palabra “li” en chino se refiere a la idea, noción o razón subyacente que activa un suceso u ocurrencia.
Cuando un nuevo practicante se inicia en el tai chi chuan lo hace con la noción de que su cuerpo se encuentra relajado, pero no está relajado según lo estándares del tai chi chuan. A medida que se comprende lo que es la relajación y se toma conciencia de las tensiones del cuerpo, se desarrollan nuevas nociones sobre le potencial del mismo para luego poder cambiar internamente.
Lo primero necesario para convertir una práctica común de tai chi chuan en un verdadero trabajo interior es tratar de cambiar el centro de gravedad del cuerpo. Normalmente, el centro que posee mayor peso en dirigir las actividades y pensamientos de nuestro cuerpo es la cabeza o el pecho. No en el sentido esotérico que un yogui o iluminado pueden utilizar estos centros energéticos, sino en el simple sentido de que el ser genera sus acciones en su centro de gravedad mecánico – emocional.
El centro del pecho, que incluye desde el plexo solar hasta el hueco infra-clavicular, es el lugar donde uno es conciente de si mismo. Es donde residen las emociones y donde se desarrollan las acciones. Es el centro emocional de las personas. Debido a las emociones, que son fragmentadas e inconstantes, la vida usualmente es una montaña rusa de subidas y descensos emocionales. Muchas ideas y valores son traídos al centro emocional durante la vida y a pesar de que algunas de estas ideas son luego expresadas por la mente, la mayoría son débiles y permanecen muy poco tiempo para luego ser tapadas por otras emociones.
Pero mientras toda esta actividad sucede y la mente está ocupada en elegir y explicar, vivimos en realidad desde el dantien (punto energético ubicado 3-4 dedos debajo del ombligo) con los valores con los que nacimos y aquellos que aprendimos en los primeros años de vida. Cuando un niño nace, todas las nociones que definen su ser se encuentran en sus genes y los conceptos básicos de su vida son también nociones que se encuentran en su dantien. Durante los primeros años de vida el niño incorpora nociones del mundo externo que almacena asimismo en su dantien. Esto se debe a que de niños vemos e interpretamos la vida desde una apreciación no intelectual, aprendiendo a través de las sensaciones con el cuerpo, sin idealizar. Estas nociones son lo que los chinos llaman “li” o las razones internas inconscientes que activan nuestras actitudes o acciones.
Mucha de la energía que se almacena en el dantien es utilizada para alimentar el centro emocional del pecho. Esta energía es esencialmente mal-gastada en expresar emociones, pero podría utilizarse para generar nuevas nociones dentro del dantien. También puede utilizarse para desarrollar la energía de todo el cuerpo liberándonos a nosotros mismos de la confusión emocional en la que vivimos y modificando nuestra postura y dirección mental descargando toda la energía posible de nuestro pecho en nuestro abdomen.
Cuando uno toma conciencia del centro energético del abdomen instantáneamente toma conciencia de sus nociones, de su “li”. Cuando esto se logra se activan las respuestas instintivas del cuerpo y mediante la observación y análisis de estas respuestas uno se vuelve cada vez más conciente de los valores reales propios y por ende adquiere un mayor y más profundo conocimiento de la propia personalidad. Uno descubre cuan poco conforman las realidades mentales y emocionales ante el hecho de haberse convertido en un ser manifiesto en el mundo.
Cuando uno trata de cambiar desde el dantien, uno realmente cambia. Esta es la razón por la que el tai chi chuan focaliza en este punto energético, debido a que es el lugar desde donde el cambio real sucede transformando la propia vida y los comportamientos.
Para una explicación más detallada del concepto de “li” (en inglés) hacer clic aquí
(link a la definición de “li” en “The Concise Oxford Dictionary of World Religions”)
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Extracto del libro “Tao and Tai Chi Kung” de Robert Sohn – Ed. Destiny Books – ISBN 0892812176
Tai Chi del Parque – Córdoba, Argentina – Instructora Marcela Thesz