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15.4.08
Un solo trazo del pincel
Cuando los grandes calígrafos chinos escribían aun los más intricados caracteres, mojaban el pincel en la tinta y realizaban todo el trazo en un único y continuo movimiento para completar el símbolo.
Cuando los grandes maestros practican tai chi chuan, ejecutan un solo movimiento. Comienzan en perfecta quietud, se mueven una vez y vuelven a la quietud inicial. Eso es lo que hay que aprender como estudiante de tai chi chuan. Cada uno de los movimientos aprendidos debe convertirse en una parte de un largo, único y fluido movimiento.
Este único movimiento no será simplemente una composición de brazos y luego piernas. Todo el cuerpo debe aprender a moverse como un todo. A medida que se progresa en la práctica el cuerpo y la mente se moverán en conjunto.
Habiendo aprendido los movimientos singulares de una Forma, el siguiente paso es conectarlos uno tras otro. En el desarrollo de la práctica será necesario prestar atención a las distintas partes del cuerpo que estén en movimiento, desde los ojos hasta los pies. Habrá que aprender a realizar esto de una manera relajada y armonizando la respiración con los movimientos. Esto es esencial para completar la conexión a través del cuerpo.
Aunque siempre es importante contar con el consejo de un profesor, algunas cosas se pueden aprender a través de la práctica personal. Tomar consciencia de lo que se está practicando en cada momento. No caer en la tentación de apurarse: si se intenta aprender mucho en poco tiempo será como inundar un campo recién sembrado. Simplemente hay que tratar de entender un punto por vez, con gran dedicación en ese punto para luego usarlo para iluminar lo que ya ha sido aprendido hasta ese momento.
Extraído del libro “Step by step Tai Chi” del maestro Lam Kam Chuen.
Tai Chi del Parque – Córdoba, Argentina – Instructora Marcela Thesz