Nuestros pies están sobre la tierra. Siempre hay un piso que está conectado con algún elemento hacia la tierra. Nuestro cuerpo está rodeado de aire, otras veces de agua. Siempre estamos contenidos y sostenidos. La mayoría de las veces, no lo tenemos presente.
Cada ser y cada elemento de la naturaleza posee un campo energético, electromagnético, que se mezcla y se relaciona con los otros, armonizándose, cambiando su frecuencia para equilibrarse con el entorno en el que se encuentra.
¿Podemos sentir esta energía? Con la práctica si, comenzamos a sentir una vibración o una onda en el cuerpo. A veces sentimos calor o algún movimiento involuntario, un temblor. Podemos sentir la energía en las manos o en los pies y a veces moviéndose por el cuerpo.
Si tomamos suficiente atención, podemos aprender a incorporar la energía de universo, cielo y de la tierra y llevarla a nuestro cuerpo. Esa es una de las bases de chi kung, conectarse con la energía universal y permitir que entre al cuerpo.
La energía es una sola y circula en función de las dos polaridades: yin, yang o negativo, positivo. Es necesaria una diferencia de potencial energético (mas en un polo que en otro) para que la energía se mueva, siempre para suplir las deficiencias y con la intención de constantemente equilibrar los circuitos y campos electromagnéticos.
La circulación energética depende también de una fuente de energía que la genere y la impulse. Estas fuentes de energía pueden ser el movimiento, las reacciones químicas de los nutrientes de los alimentos en el cuerpo, fuentes energéticas naturales como el sol, la luna, la tierra. La fuente de energía mas potente del cuerpo son los pensamientos, sobre todo la intención focalizada.
Hace miles de años los chinos descubrieron que la energía sigue al pensamiento. Esto se refiere justamente al potencial energético de la mente y la capacidad que posee para generar una diferencia de potencial que movilice la energía a donde la mente desea que vaya. Por ello tan importante es aprender a calmar la mente y a direccionarla conscientemente.
Pero también es importante la energía del entorno, ya que en el entorno vivimos y constantemente interactuamos con otros campos electromagnéticos. Dependiendo de donde estemos, con quien y con que estemos, seremos distintas partes de un circuito energético. Podemos ser yin o yang, es decir el polo positivo o el negativo, el que envía energía o el que recibe. Y esto va cambiando constantemente justamente para mantener el sistema en armonía.
No es importante aquello con lo que nos relacionamos, no podemos ir por la vida evitando ser polo positivo o polo negativo. Lo importante es el movimiento, que la energía circule a través de uno, ya que si se estanca, se queda quieta, tiende a desaparecer, a morir. Entonces para que el sistema subsista la energía fluye y encuentra sus canales para fluir, eso quiere decir que nadie puede en realidad dejar quieta a la energía por mucho tiempo. Todo debe seguir fluyendo y así la vida continua.