El 18 de Octubre de 2005, un domingo a las 10 de la mañana en el Parque Autóctono, comenzábamos la primera clase de Tai Chi del Parque.
Este blog lo comencé en febrero de 2007, con lo cual ya llevo 5 años y medio escribiéndolo.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, principalmente yo misma me h transformado y vuelto a transformar unas tantas veces en estos años. No soy nada parecida a la que era el 18 de octubre de 2005 y aun así bastante similar.
Dentro de poco más de un mes también es mi cumpleaños y cada año que pasa pienso sobre lo que ha cambiado y seguirá cambiando.
“Gracias a la impermanencia, todo es posible.” Thich Nhat Hanh.
La esencia de nuestra práctica es el cambio. El tai chi se apoya en los fundamentos de la filosofía china del yin y el yang. Vivimos en una dualidad donde una cosa genera a la otra y la energía transmuta y cambia para preservarse. En la quietud y el estancamiento está la muerte, el dejar de existir. Si el cambio no se da, desaparece.
Con lo cual, a través de los años, cambiamos y bastante. Si puedes mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo diferente que es tu vida y tú mismo en comparación con años anteriores, creo que está bueno. Si piensas que todo está igual, debes darte cuenta que es mentira, las cosas cambian a pesar de uno. La impermanencia nos asegura eso: nada es permanente.
Y aun así, mantenemos una esencia que nos identifica. O esa esencia cambia tan sutilmente que no nos damos cuenta. Así que pudo decir que soy totalmente diferente y a la vez igual que antes.
El símbolo del yin y el yang nos enseña eso, los movimientos de tai chi nos enseñan eso. Pasamos de un estado a otro, intentando la armonía que dura solo un segundo y el movimiento continúa para que la energía fluya y circule. En cada paso está el cambio, hacia adelante o hacia atrás. En cada respiración está el cambio, en cada esfera que tomamos entre las manos y movemos de un lado al otro, hay cambio.
Así que si no hubiéramos cambiado nada, significaría que no hemos practicado tai chi todos estos años.
Entonces este cambio nos permite un montón de cosas, la existencia de un montón de posibilidades. Y eso es parte de la esencia de Tai Chi del Parque. Cuando comenzamos 7 años atrás, creí que todo era posible respecto a dar clases, ayudar a las personas, crecer y hacer. Y realmente hemos hechos cosas, actividades, salidas, talleres que eran inimaginables y así y todo, existieron y existen. Eso sucedió porque nos permitimos, una y otra vez que todo cambie, que aquello que nos daba seguridad se acabe y comience algo nuevo, nos permitimos probar, jugar, crear, divertirnos, llorar, reír… nos permitimos ser y hacer lo que surgía hacer.
Hoy día, con cada persona que se acerca al grupo a practicar, intentamos eso, poder ser.
Gracias a las personas que son conmigo en cada práctica y que son conmigo en este blog. Gracias por este camino que compartimos. Gracias a todos por ser tal cual son y abrirse y darse y ser Tai Chi del Parque.