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9.3.12

Mente en blanco

Cada mañana me siento a meditar en el intento de dejar mi mente en blanco y no lo logro.

Cada tarde me siento a escribir y mi mente está en blanco, no me sale ninguna palabra… 

¿Por qué mi mente medita cuando ella quiere?



La mente es tan incomprensible…

Incluso para los científicos la mente es aun incomprensible.

Los pensamientos surgen de las conexiones neuronales que suceden constantemente nuestro cerebro a partir de la energía que en este mismo genera y que también recibe. Pero ¿dónde están realmente los pensamientos? No los podemos tocar, no los podemos ver y cuando tomamos consciencia de ellos, ya pasaron.

Siempre tomamos consciencia de un momento pasado, aunque haya pasado milisegundos atrás. Entonces si los pensamientos no tienen sustancia y no existen en el momento presente, ¿aquí y ahora es la mente en blanco?

Podemos decir que si… y que no. La mente en blanco es un ideal occidental puesto que en oriente nadie se pone meditar para quedar mentalmente mudo.

La mente en blanco dura un milisegundo, lo mismo que dura un pensamiento. Es la no-conexión neuronal que se da entre tantas conexiones. Entre pensamiento y pensamiento ¿hay un silencio? ¿Y si aprendemos a aprovecharlo?

Sentarse a meditar es dedicar unos momentos a observar esa sucesión de conexiones y no-conexiones neuronales que son los pensamientos. Siempre vamos a pensar, porque en el cerebro siempre hay energía que conecta neuronas entre si. No habrá pensamiento cuando no haya energía y eso significa que la única forma de dejar de pensar del todo es muriendo.

Así que, no intentemos poner la mente en blanco. Dejemos que se ponga sola. Mientras tanto aprendamos a observar los pensamientos, a no apegarnos a ellos y a ser objetivos comprendiendo que la mayoría de las cosas que pensamos no tienen tanto valor como creemos.

Como esto que acabo de escribir a partir de no saber qué escribir…