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29.2.12

El tai chi como práctica meditativa

                                              Clase en el Parque de las Naciones - Febrero 2012


La meditación tiene como objetivo reducir el flujo de pensamientos, no necesariamente hasta que la mente quede en blanco, sino lo suficiente como para que nos demos cuenta de lo que estamos pensando e intencionalmente no le prestemos tanta atención a esos pensamientos. Eso se logra concentrando la mente en un objeto de atención, que puede ser un mantra, una imagen, una postura, etc. Cuando el objeto de atención es la Forma de tai chi, el tai chi se convierte en una práctica de meditación.

Es así que practicar tai chi es meditar porque es imposible hacer bien la Forma de tai chi sin estar concentrado en ella. Debido a esa concentración, el flujo de pensamientos va disminuyendo y una y otra vez, cada vez que la mente se va con un pensamiento, fuera del momento presente, tomamos atención y  regresamos a la ejecución de la Forma, regresamos al aquí y ahora. Meditar no es mas que estar atento a este momento.

La famosa referencia al tai chi como “meditación en movimiento” no se debe a que nos movemos lenta y placidamente de manera tal que parecemos muy relajados, como si viviéramos bajo el efecto constante del alplax… Sino que cada movimiento de tai chi tiene tantos detalles, tantos elementos a tener en cuenta, que su ejecución requiere toda nuestra concentración, toda nuestra lentitud y cuidado y toda nuestra capacidad de dejar pasar los impulsos y continuar en foco. Pareciera que nada en nuestro cuerpo se mueve demasiado, pero por dentro del cuerpo, la energía se está movimiento de manera impresionante, circulando por los meridianos con fuerza, nutriendo nuestros órganos, fortaleciendo nuestros sistemas. Lo aparente no es tal. Meditar no es estar fuera del mundo, meditar es estar cada vez más en él.

Hacer tai chi es estar completamente conectado con la tierra, completamente conectado con el cielo y completamente conectado con uno mismo, contemplando esas tres conexiones a la vez, como una unidad.

Otra forma de meditar es a través de la contemplación, cuando no hay ningún objeto de atención particular sino que lo que se busca es concentrase en todo. La postura de wu-chi, tan característica de la práctica de tai chi, es netamente una postura de meditación contemplativa. Wu-chi significa “sin límites”, es la postura que adoptamos antes de iniciar la Forma y al finalizarla. Su objetivo es la observación, no solo de uno mismo, sino de todas las cosas, y a través de la concentración en eso, alcanzar la unión, sin límites, de uno mismo con todas las cosas… para después dividirnos nuevamente a través del movimiento yin-yang del tai chi, comprendiendo, desde la experiencia misma de la ejecución, como de la nada surge el todo y como el cambio es constante en el universo.

Cuando logras moverte en unión con el todo, fluyes con el universo, ejecutas la no-acción. Eso es llevar una vida meditativa, eso es meditar en movimiento.