La persona sabia, cuando oye hablar del Tao, comienza a seguirlo. La persona común pondera que camino seguir. La persona necia solo ve obstáculos en el camino.
Algunos dicen que el sendero es oscuro e interminable.
La persona sabia sigue su trayecto, creando luz en la oscuridad y un sendero donde no lo había.
Sus huellas indican el camino.
Del libro “El Tao de las Mujeres”
La única forma de hacer algo es haciéndolo. Pensar algo no es hacerlo, querer hacer algo no hacerlo.
Cuando surge algo para hacer, una oportunidad, pensamos como, cuando, con qué… evaluamos todos los obstáculos que pueden aparecer. Eso es un preludio, no estamos haciendo nada mientras tanto.
El movimiento de tai chi no se puede pensar, no se planifica, no se evalúa. Simplemente se hace. Por supuesto, con la repetición y la práctica, se corrige, mejora, pero aun eso lo logramos haciendo el movimiento.
Si piensas como moverte la energía está en tu cabeza, pues la energía está donde está tu pensamiento. Si simplemente te mueves, la energía está en tus manos, en tus piernas, ahí donde el movimiento la lleva. Eso es sabiduría, eso es sanción.
Pensando, no aprendes nada.
Ante algo que quieras hacer, puedes pararte en la entrada, evaluar qué camino tomar y también imaginar todos los obstáculos que pueden aparecer y las posibles soluciones a tus suposiciones.
O, a partir de ahora, cuando surja algo que hacer, puedes directamente hacerlo, descubrir el camino en cada paso, saber que así no te equivocas. Resolver el obstáculo solo cuando esté frente tuyo. Dejar que el movimiento te lleve.
Puedes probar. Más allá del logro, Hacer.