Dijo Buda: “El hombre busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán.”
En esta época del año, todos solemos escapar. Escapar hacia el refugio que nos hará olvidar el año anterior. Lo bueno, lo malo, todo eso agobia. Buscamos el lugar donde lo agobiante no estará presente. Para algunos será en la playa, para otros será lejos de casa, algunos esforzarán su cuerpo haciendo deportes, escalando montañas. Otros, solo querrán sentarse a contemplar el agua con una margarita en la mano.
Pero tal como dijo Buda, todos eso lugares no aportan calma, si la calma no está ya dentro de uno.
A través de la meditación, del tai chi, el chi kung o la disciplina que cada uno practique, llegamos a este lugar interno de calma, de vacaciones. Cuando dejamos pasar los pensamientos, soltamos las emociones que nos pesan, sin juzgarlas y nos focalizamos en el momento presente, accedemos al refugio que se encuentra dentro de cada uno.
Ese refugio es inalcanzable si el continuo de pensamientos no cesa. Es inalcanzable si nos aferramos a las emociones y las catalogamos en buenas o malas, lindas o feas, provechosas o destructivas. Es inalcanzable si rechazamos las situaciones que nos toca vivir. Es inalcanzable si nuestra mente está en el pasado, aunque sea pensando en el día anterior, o en el futuro, pensando en el día siguiente.
En donde estemos, sea en la playa, en la montaña o en el patio de casa en estas vacaciones, no habrá calma. Pero en donde estemos, puede haber calma, si en vez de huir hacia afuera lejos, entramos lentamente al refugio dentro de nosotros.
Estas vacaciones no nos aferremos a un ideal. No hace falta ir lejos, no hace falta hacer mucho, no hace falta ver a mucha gente. Para descansar, sentir la calma y disfrutar las vacaciones hay que practicar hasta entrar al refugio interno y quedarse con uno mismo.
FELICIDADES!
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.