Para conocer la naturaleza del chi, primero debemos saber dónde tiene su origen. Algo no puede venir de la nada, por eso el chi (cualquier tipo de energía) debe venir de la materia, en general de algún tipo de reacción química. La materia es una forma física de la energía, y la energía es un potencial liberado (o una forma insustancial) de la materia. Por ejemplo, se puede quemar un trozo de madera o un gas y obtener chi en forma de gas o de luz.
Del mismo modo, los alimentos y el aire que penetran en nuestro organismo se transforman en chi por medio de una reacción química, generalmente en forma de energía calórica y electromagnética. Cada vez que ingerimos más alimentos de que necesitan nuestros cuerpos, el exceso no excretado se almacena en el organismo como grasa.
A continuación, habría que comprender que chi suele manifestarse como fuerza calórica, luminosa o electromagnética. Es el estricto sentido de la palabra, la luz es una forma de la onda electromagnética, por eso, de hecho hay sólo dos tipos de energía con las que tratamos en nuestra vida diaria. En realidad, con mucha frecuencia, la luz y el calor se dan al mismo tiempo.
Finalmente hay que admitir que el chi se desplaza de una zona de potencial superior a una zona de potencial inferior, y esto funciona equilibrando el organismo de forma natural y automática. (…)
Tradicionalmente, los médicos chinos y los practicantes de qi gong han descrito lo comportamiento del chi como similar al del agua. Esto puede comprobarse de varias maneras: primero, igual que el agua fluye desde las zonas más altas a las más bajas, el chi fluye de las zonas de potencial mayor a las de potencial inferior. De este modo, el chi se equilibra a sí mismo de forma natural.
Segundo, si el agua turbia se deja en reposo, la arena se asentará en el fondo, dejando la superficie clara y tranquila. Por el contrario, si agitamos el agua, la arena volverá a subir y el agua se enturbiará. Se asemeja a la mente, que cuando está tranquila, el chi está claro y reposado, pero cuando la mente se dispersa, el chi está perturbado y agitado.
Tercero, los canales de chi que abastecen a todo el cuerpo de energía suelen compararse con ríos, y los vasos que almacenan el chi se comparan con depósitos. Tanto el agua como el chi deben fluir de manera estable y continuada. Cuando un río o un canal se obstruyen, el fluido de agua o chi estará agitado y fluirá irregularmente. En un canal obstruido, el nivel de agua o chi será más alto y puede llegar a rebosar por las orillas. (…)
La comunidad médica china considera que el chi y la sangre están estrechamente relacionados. Donde vaya el chi, va la sangre. Por esta razón, en los textos chinos suele utilizarse la expresión “qi xu” (chi-sangre). Se cree que el chi proporciona la energía a las células sanguíneas para que se mantengan vivas. En realidad, se cree que la sangre es capaz de almacenar chi y que ayuda a transportar el chi de aire a todas las células.
Si observa con atención, verá que los elementos del cuerpo físico, los órganos, nervios, sangre y hasta diminutas células, son todos como máquinas independientes con una función única cada uno. Igual que los motores eléctricos que si no tienen corriente no funcionan. Si compara el recorrido efectuado por los sistemas circulatorio, nervioso y linfático con el recorrido de los canales de chi descubrirá que hay una correspondencia enorme. Esto se debe a que el chi es la energía necesaria para mantenerlos a todos vivos y en funcionamiento. (…)
La calidad de estos elementos del cuerpo depende, en gran medida, de lo que se haya heredado de los padres. Para conservar los órganos en estado saludable y para asegurar que funcionen bien durante mucho tiempo, es necesario recibir un adecuado suministro de chi, si no es así, se enfermará.
El chi se ve afectado por la calidad del aire que respira, el tipo de alimentos que ingiere e incluso por el carácter emocional y la personalidad. Los alimentos y el aire son como el combustible o el suministro eléctrico, y su calidad le afecta. Su estilo de vida es como la manera en que usted maneja la máquina, y su personalidad es como la dirección de la fábrica. (…)
Desgraciadamente, los sentimientos tienen una influencia primordial en la circulación del chi. Por ejemplo, cuando usted se pellizca, altera el chi de esa zona. Dicha alteración será percibida por el sistema nervioso e interpretada por el cerebro como dolor. Ninguna máquina puede hacer eso. De hecho, luego de haber percibido el dolor usted reaccionará de forma instintiva e inconsciente. Los sentimientos y los pensamientos humanos afectan a la circulación del chi en el cuerpo. Para comprender su chi, debe utilizar sus sentimientos en lugar de su intelecto.
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Extraído del libro “La raíz del chi kung chino” de Yang Jwing Ming – ISBN 8478083936 - Ed. Sirio.
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.