» Resistir: Aguantar, sufrir.// Combatir // Oponerse a la acción // Durar // Repugnar, contrariar, rechazar, contradecir // Oponer dificultades para su comprensión, manejo, conocimiento, realización.¿Es parte de la naturaleza humana, el resistir? No, creo que no. Es parte de la naturaleza de la mente. Los humanos, como los animales, estamos preparados para el cambio, para la adaptación constante, para la evolución.
» Antónimos de resistir: aceptar, reconocer, tomar, acceder, adoptar…
La mente humana es la que se resiste al cambio, porque el cambio en si mismo le resta importancia a la mente. Cambio implica cambiar uno, dejar de lado el ego, dejar de lado el pensamiento, la estructura mental, crear lo nuevo. La mente no quiere dejarse de lado a si misma, por eso se resiste al cambio. Nos dice ¡No!
Pero todo se encuentra en constante proceso de cambio. Eso es lo que representa el símbolo del yin y el yang. La energía circula gracias al cambio. Sin cambio no hay vida.
Dos tipos de resistencia
● La resistencia física: el Chi humano circula por el cuerpo por los meridianos o canales. Estos recorren el cuerpo en su totalidad y pasan por dentro de los músculos y atraviesan las articulaciones. Cuando hay tensión, contracturas, rigidez física en el cuerpo, esto se convierte en resistencia. El músculo aprieta el meridiano causando una disminución en el caudal de energía que puede circular. Las articulaciones también aprietan los meridianos en tal medida que pueden cortar completamente la circulación energética.
● La resistencia mental: a donde va el pensamiento, la energía lo sigue. De esta manera aprendemos a dirigir la energía en el cuerpo. Lo hacemos de manera consciente: por ejemplo, llevar el pensamiento al Dantien para concentrar la energía en ese punto. Pero muchísimas veces, la mente dirige energía de manera automática y no estamos atentos a ello. Reacciona, se resiste, se apega y entonces surgen también bloqueos energéticos en el cuerpo y en la vida.
Salir de la resistencia
La resistencia siempre va a estar presente en algún momento. La opción que tenemos a aprender a observarla y a no hacerle caso.
Nos identificamos con nuestros pensamientos, con nuestros principios de manera tal que nos definen y nos sentimos con la necesidad de defenderlos, aun de nosotros mismos. Todas las personas tienen pensamientos, principios, valores. ¿Qué los hace más importantes unos de otros? La misma consideración de la mente, el ego.
Pero los pensamientos tienen una naturaleza idéntica, independientemente de la mente que los piensa: la impermanencia. Los pensamientos de cada una de las personas que existen en este mundo van a morir y luego van a surgir otros.
La impermanencia hace que todo termine siendo insustancial, es decir que desaparecerá. Un concepto difícil de comprender en este mundo occidental en el que estamos aferrados a todo y donde creemos que todo es eterno. Los pensamientos son insustanciales y por ello su valor es relativo.
La resistencia no es más que otro pensamiento. No es una barrera real, no es una muralla tangible. Es un pensamiento tan insustancial como aquello que defiende.
Nuestra mente está obstinada en defender algo que va a cambiar per se y lo hace por medio de algo que también va a cambiar per se. ¿No es ilógico?
La palabra clave: COMPLETAMENTE
¿Podemos llegar a ser COMPLETAMENTE lo que somos? ¿Podemos estar COMPLETAMENTE _ _ _ _ _ _ _ _ _ _? (dejo el espacio para que cada agregue lo que es en este momento).
Muchas veces nos resistimos a estar como estamos. Nos aferramos a lo que consideramos correcto. Nos permitimos las emociones en función de nuestra estructura mental que define lo bueno y lo malo. Estamos contentos y le ponemos un “pero” a la felicidad. Estamos de mal humor y nos resistimos a eso porque “esta mal”, o eso nos dice la mente. Siempre nos estamos resistiendo.
Solamente cuando logramos llevar a la máxima expresión eso que somos, eso que sentimos, cuando llegamos al COMPLETAMENTE, podemos dejar atrás eso mismo y pasar a otra cosa. Cuando el yin llega a su máxima expresión se convierte en su opuesto yang.
Mientras nos resistamos a ser COMPLETAMENTE _ _ _ _ _ _ _, nos mantenemos en ese estado incompleto de ser, seguimos tristes, seguimos enojados, seguimos en el apego, pero no del todo. O seguimos felices, extasiados sin la capacidad de ver la otra cara de la realidad.
