BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

8.2.11

Pequeños Pasos

Es difícil, después de más de una semana de dejar pasar todos mis pensamientos, tratar ahora de agarrar uno y plasmarlo en palabras. Tantas cosas para decir sobre mi experiencia en la Sesshin de Verano (retiro de meditación zen) y a la vez ninguna necesidad de decir nada. Idea por idea, párrafo por párrafo, en las próximas semanas irán apareciendo las palabras, sin esfuerzo.

Me pregunté una mañana por qué la diferencia. Entre mi cabaña y el dojo había unos 150 metros en subida que caminaba varias veces al día. Subía apurada y ansiosa y llegaba agitada. Una tarde salimos en el “kinhin” (caminata del zen) afuera y recorrimos este mismo camino, desde el dojo a la cabaña y regresamos. Al llegar al dojo me di cuenta que no estaba agitada ni cansada.

La forma de caminar del zen, muy similar a la del tai chi, es con pasos cortos, lentos, observando la tierra y respirando en cada paso. No hay apuro por llegar a ningún lado, puesto que la concentración está en el camino, en el paso a dar. Nada hay al final, así que no tienes expectativas. No hay ningún esfuerzo, simplemente tu cuerpo espera el siguiente paso. Si tu mente está con tu cuerpo, nada hay que pensar.


En la vida, muchas veces, nuestros pasos son más largos de lo que podemos realmente realizar. La respiración se agita, estamos ansiosos por llegar ¿a dónde? Observamos el objetivo, allá lejos, y tropezamos con cada obstáculo en el camino. Nos esforzamos porque continuamente la sociedad (¿o la mente?) nos dice que debemos poder más y que podemos llegar más lejos aún.

Que diferente sería nuestra vida si esta fuera una caminata zen. Pasos cortos, observando eso mismo, respirando, sintiendo. Adelante está el destino, llegará en su debido momento.

Y aquí estoy, dando un solo paso.

Esto nos permite equivocarnos sin consecuencias. Si los pasos son cortos y conscientes, es posible corregirlos si se han dado mal. No apurarse por el siguiente, ese ya llegará. Lo que importa es este paso, este momento.

Cuando estamos cansados, agotados de la vida y de lo que nos sucede, debemos preguntarnos si no estamos caminado demasiado rápido, demasiado ansiosos, demasiado concentrados en el objetivo. Así será necesario frenar y sentarse para recuperarse, a veces llevando esto más tiempo del que hubiera llevado caminar lentamente todo el rato.

Nada más bello que caminar sin esfuerzo. Nada mas bello que vivir sin esfuerzo, haciendo solo lo que hay que hacer en cada momento, sin resistirse a la velocidad que nos pide el universo, a veces lenta, a veces más rápida.

Este año será un año de kinhin para mí. Habrá incertidumbre, solo conoceré el mismo paso que esté dando, todos los demás serán una incógnita, una sorpresa. Necesitaré paciencia, ustedes también. Cada cosa que necesitemos, llegará, confío en eso, pero no apuraré nada. Necesitaré concentración, para no dejarme tironear por los apuros de otros, por las reacciones de mi mente y así me mantendré en foco: pasos cortos, respiración, momento presente.

Todos los que quieran caminar conmigo, serán bienvenidos.
Empezamos.