Taiji (o tai chi) se refiere, acorde al taoísmo, al principio generador de todas las cosas. Este concepto se ve representado en el símbolo del yin y el yang en el que podemos observar el perfecto equilibrio de todas las cosas. Es en estos conceptos que el tai chi chuan como arte marcial se apoya, buscando a través de los movimientos de la Forma, el equilibrio entre lo físico y lo emocional, entre lo mental y lo espiritual.
El equilibrio físico es lo que nos permite no caernos al caminar. El equilibrio emocional nos permite transitar situaciones complejas y afrontarlas con integridad. El equilibrio mental nos permite discernir y el espiritual, vivir el aquí y ahora. Estos equilibrios se pueden perder fácilmente y es el trabajo consciente en nosotros mismos lo que nos lleva a mantenerlos el mayor tiempo posible.
El fin de año suele ser época de desequilibrios. Sea por los factores emocionales de las fiestas, por el exceso de trabajo y el estrés del momento o por otros motivos, durante los últimos meses del año las personas tienden a cometer excesos (comida, bebida, trabajo, etc.) y a descuidar los factores que nos permiten mantener el equilibrio (el sueño, la alimentación, el tiempo libre, etc.). Posteriormente, las vacaciones llevan a las personas al otro extremo: quietud física, completa desconexión del aquí y ahora, exceso de tiempo libre. Es así que luego es tan difícil retomar las actividades y obligaciones cotidianas.
Buscar el equilibrio es una tarea de auto-consciencia, mantenerlo es un trabajo de cada día. Es necesario darse cuenta del momento en el que se está cometiendo un exceso y entonces remediarlo, volver al centro de uno y tomarse unos minutos para estabilizarse.
Tratemos de comenzar el año en equilibrio, cumpliendo con el trabajo pero dándonos tiempo para descansar, haciendo ejercicio y también meditación y relajación, comiendo sano y durmiendo bien.
Un ejercicio muy simple para recuperar el equilibrio a través del enraizamiento sólo con unos minutos de práctica se llama “Parado en la corriente” y lo enseña el Maestro Lam Kam Chuen dentro del Zan Zhuang Qi Gong.
“Imagine que está parado un arroyo con la corriente que fluye hacia usted. El cuerpo está suspendido desde la cabeza y las palmas, con los dedos relajados y abiertos, se apoyan en la superficie del agua. Imagine que bajo las palmas sostiene dos pequeñas esferas y las sujeta tratando de que no se vayan con la corriente. El peso del cuerpo se hunde y los pies de entierran en el lecho del arroyo.”(*)
La respiración abdominal ayuda a la relajación, la concentración en las palmas de las manos y las esferas que se sostienen más la sensación de los pies que se hunden permiten encontrar el equilibrio en pocos minutos. Dedicar unos momentos a la práctica diaria de este ejercicio ayudará a mantener el equilibrio y la armonía por más tiempo.
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(*) Extraído del libro “The Way of Energy” del Maestro Lam Kam Chuen (ISBN 0671736450 Ed. Gaia Original) © Gaia Books Limited.
Tai Chi del Parque – Córdoba, Argentina – Instructora Marcela Thesz