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1.1.08

Mi deseo de año nuevo: no desear

La filosofía taoísta habla del universo, de la naturaleza y el camino a seguir. Sus enseñanzas reflejan lo que se considera el camino para una vida virtuosa. Esto es vivir sin furia, sin odio, sin frustración y otras emociones negativas. Vivir tal y como existe el universo, sin preocupaciones y sin esfuerzo. Y cómo logramos este vasto objetivo? En el taoísmo todo concluye en el mismo propósito: abandonar el deseo. No desear.

Al respecto, el
Tao Te King dice:

“Hacer siempre que las personas no posean conocimientos y que carezcan de deseos. Así los inteligentes no osarán gobernar. Si nadie actúa, reinará el orden universal”. (Cap. III)
“Quien pertenece al Tao, no busca satisfacer sus deseos. Por ello es capaz de mantenerse en lo viejo y no afanarse tras lo nuevo”. (Cap. XV)

Eso es todo lo que se debe saber. Es simple (pero difícil). Abandonar los deseos para estar satisfecho, y en esa satisfacción estará la felicidad.

En el Tao todo actúa según su propia naturaleza. El sol quema, el águila caza, el agua corre, el árbol crece. El agua no busca ir corriente arriba, no intenta actuar en forma contraria a su naturaleza, su Tao. El águila no trata de esconderse bajo la tierra como un topo, no busca luchar contra el Tao. Y a pesar de que cada quien actúa de acuerdo a su naturaleza, lo necesario para lograr la continuidad del universo es llevado a cabo. “El Tao busca la no-acción y así nada queda sin hacer” – dice el Tao Te King. Todo funciona perfectamente, sin pensar, sin planificar, sin luchar contra el universo.

El problema es que ya no somos parte del Tao. Perdimos el camino. No logramos ver la gloriosa armonía del todo, la perfección que refleja el universo aun sin nuestra participación. Nos hemos separado del todo porque queremos poseerlo. Eso es el deseo. Deseamos cosas que el universo no nos dará naturalmente. Si la Tierra fuera de oro, no desearíamos oro, sino tierra. No deseamos lo que poseemos o que podríamos lograr, sólo deseamos lo que no esta disponible para cada uno de nosotros.

Cuando actuamos en función de satisfacer nuestro deseo, estamos luchando contra el Tao, estamos yendo en contra del orden natural del universo. No es esto una cosa extraña, arrogante e imposible de realizar? El problema es que el deseo simplemente nunca será satisfecho. Cada vez que logremos obtener aquello que deseamos surgirá algo nuevo por que volver a luchar. Eventualmente un deseo no podrá lograrse… por que no tenemos tiempo, no tenemos dinero… y llegará la frustración y el enojo, junto con estos, la envidia a aquellas personas que si poseen lo que nosotros no. Así surgen el odio, los robos, las muertes.

A nivel espiritual, el deseo sólo nos consume. Aun cuando obtenemos alguna cosa particular que deseábamos, nunca llega el fin de la espera. El desear en sí mismo no puede ser satisfecho. O hay deseo, o no lo hay, y si lo hay, no tiene fin. No existe el punto en el que se pueda decir “ya tengo todo lo que deseaba, ahora me relajo y disfruto”. Simplemente debemos dejar el deseo de lado en un cien por cien, o pasar la vida esperando, intentando o fracasando.

Al dejar el deseo también abandonamos los resultados negativos y las emociones que estos traen. Aceptar lo que el Tao da, desear nada que no sea provisto, es la forma de vivir en paz y con felicidad. Sólo hacer aquello que es necesario para vivir, para comer, para respirar, para ser. Si el Tao no lo da, entonces no lo necesitas.

La consecuencia natural de no tener deseo es la no-acción (wu wei). Cuando deseamos, nuestras acciones son planificadas, organizadas, tienen una razón y un objetivo. Nuestra energía es volcada a tratar de cambiar las circunstancias, luchando contra el orden natural. Cuando practicamos la no-acción, nuestros actos son desinteresados e instintivos, son reacciones naturales a lo que sucede momento a momento.

La no-acción no se consigue deseándola, esforzándose o planificándola. Uno no se propone lograr la no-acción de una manera u otra. Simplemente comienza a actuar sin desear nada, y las acciones serán acordes a lo que está sucediendo. Y así seguirás el orden del universo, encontrarás el camino, el Tao, y todo te será dado.


Versión original por Eric Kniffin
http://www.geocities.com/laochuangtsu/
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Que en el 2008 cada uno encuentre su Tao. Felicidades!



Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina