“Si nos detenemos a observar la naturaleza y todo lo que nos rodea en la vida, es posible concluir que en todas las cosas existe siempre una relación de opuestos complementarios. Es decir que si existe la noche, debe existir el día, que uno no tiene sentido sin el otro y que se suceden siempre infinitamente. Así esta simple forma de análisis es aplicable a todo lo existente. Lo alto y lo bajo, el sol y la luna, el amor y el odio, el llanto y la risa, el día y la noche. Cada uno depende de su opuesto para seguir existiendo.
En realidad, el yin y el yang definen la existencia de un concepto universal e implican la dualidad de todas las cosas de este universo. Quien crea que es posible trascender este concepto, se equivoca.
Puede ser aplicado no sólo a ejemplos que involucran la naturaleza (como el sol y la luna o el frío y el calor), sino también a cuestiones humanas, como las relaciones sociales, los negocios, el amor y la salud, y también la medicina. El enojo y el reencuentro, el amor y el odio, la salud y la enfermedad, ciclos de mutación constante de la vida misma, partes de lo mismo e interdependientes e indispensables uno para el otro.
En el universo todo es yin o yang, lo que está fuera de eso, no corresponde aquí.
En términos generales, todo aquello que está en movimiento, en el exterior, que es caliente, claro, funcional e hiperactivo es yang; mientras que todo lo que está en reposo, en el interior, en descenso, frío, oscuro, material y disfuncional pertenece al yin.
Desde el punto de vista de las propiedades de las cosas, el cielo es yang y la tierra es yin, pues el cielo está arriba y la tierra abajo. El agua pertenece al yin y el fuego al yang, porque el agua es fría y corre hacia abajo y el fuego es caliente y asciende. Desde el punto de vista del movimiento, las cosas que se hallan en reposo pertenecen al yin, las que están en movimiento, al yang.
El yang forma el Qi (energía) y el yin conforma las cosas, por eso lo que se refleja en las actividades funcionales del Qi pertenecen al yang y las cosas que toman forma material son yin.
En la medicina tradicional china y por lo tanto en el qi gong, se entiende que la enfermedad es en realidad nada más que una pérdida de equilibrio entre el yin y el yang que forman la energía de nuestro cuerpo. Es un desbalance generado por el ascenso o descenso de algunas de estas dos facetas de nuestra energía, que contiene una parte yin y otra yang al igual que todas las cosas.
Si estamos en estado de salud, nuestro yin y yang están balanceados y en armonía, y cuando no lo estamos, debemos lograr el equilibrio de ambos para recuperar el estado de bienestar y salir de la enfermedad. A esto se lo denomina “desarmonía energética”. Esta desarmonía es posible reequilibrarla a través de la práctica de qi gong, en el cual se desarrollan diferentes técnicas específicas, tomando en cuenta el origen y la forma de desbalance energético.
De esta forma y por propiedad transitiva, la teoría del yin y el yang se aplica también a los tres niveles naturales de los que habla la filosofía taoísta: el cielo, la tierra y el hombre. Por ello es necesario saber cómo ajustar el yin y el yang del cuerpo y cómo coordinar el Qi con el del cielo y de la tierra.”
Pasá el mouse por encima y desequilibrá el universo.
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“Qi Gong, técnicas y ejercicios” ISBN 9871088051
De Jorge Schvarztman / Fabio Budris
Editorial Agama - Colección Salud Holistica
Tai Chi del Parque – Córdoba – Argentina – Instructora Marcela Thesz