Chunyi Lin recuerda la primera clase que dictó en Estados Unidos. En 1993 viajó desde China como parte de un intercambio cultural y le solicitaron que de una clase de qi gong en un centro comunitario de Minesota (EEUU). Sólo asistieron 5 personas. “Nadie conocía el qi gong” dice el Sr. Lin de 49 años de edad. Actualmente dirige el centro “Spring Forest” situado en Minesota, donde enseña a clases de más de 60 personas.
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En los últimos años, los tipos de ejercicios que practican los americanos están cambiando. En vez de perseguir un cuerpo escultural, la gente tiende a buscar la longevidad, reducción del stress y buena salud a través de movimientos del tipo mente-cuerpo. Son preferidos los ejercicios orientados al bienestar y conciencia en uno mismo sobre aquellos relacionados a quemar calorías.
No fue hasta hace muy poco que la antigua y gentil práctica de qi gong captó la atención de los más sofisticados deportistas. Las razones son varias. El yoga aclimató a los practicantes occidentales. Los altos costos de los sistemas de salud llevan a las personas a buscar maneras alternativas de sentirse vitales. Y un influjo de maestros de qi gong abrió el camino a nuevos practicantes.
Llevó décadas que el qi gong sea difundido en América, en parte por la falta de instructores. Esto comenzó a cambiar en los años 80 y 90 cuando comenzaron a exiliarse desde China. A mediados de los 90s, luego que el partido comunista dictaminó como ilegales a la mayoría de las formas de qi gong y desmembró el movimiento espiritual “Falun Gong”, los grandes maestros llegaron a EEUU. Hoy día hay maestros que enseñan través de todo el país.
De hecho, hace 10 años la mayoría de los occidentales ni siquiera sabían como pronunciar qi gong (chi kung) pero actualmente más de 950 mil estadounidenses han practicado o practican alguna forma de qi gong según informa un estudio realizado en 2004 por el Centro Nacional de Control y Prevención de Enfermedades.
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Esta práctica que a primera vista no parece tan fácil, solo posee algunas reglas básicas: siempre moverse desde el centro, no trabar las piernas y mantener los brazos relajados. Es así como el qi gong ayuda a mejorar el sueño, bajar la ansiedad y aumentar la energía. Pero las pruebas van más allá.
El Centro Nacional sobre Medicina Alternativa y Complementaria financia continuamente estudios sobre qi gong médico, incorporando terapeutas que trabajan individualmente con pacientes para corregir desbalances energéticos que generan dolor o enfermedad. Pero es difícil conseguir financiamiento.
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Los practicantes de qi gong predicen que esta disciplina, que es muy fácil de aprender, algún día alcanzará al yoga en fama y cantidad de adeptos. Significa esto que encontraremos ropa de qi gong en las tiendas mayoristas y avisos televisivos? No necesariamente. Hay un largo camino por recorrer.
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Extractos del artículo publicado en el diario New York Times, 5 de abril, 2007
Artículo original: "Exercisers Slow It Down With Qigong" By NORA ISAACS
http://www.nytimes.com/2007/04/05/fashion/05Fitness.html?_r=1&adxnnl=1&oref=slogin&adxnnlx=1176248893-wwUTfsOF9hj/13nrUD2bOA