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10.1.14

Romper la imagen de sí mismo

“Para combatir la importancia personal, el primer paso es saber que ella está ahí. Reconocer sus escondrijos, sus gafas oscuras y sus coladeros ya es medio camino andado.

Según Castaneda, somos como pájaros atrofiados. Nacemos con todo lo necesario para volar, pero estamos permanentemente obligados a dar vueltas en torno a nuestro ego. La cadena que nos aprisiona es la importancia personal.

El camino para convertir a un ser humano normal en un guerrero es muy arduo. Siempre interviene nuestra sensación de estar en el centro de todo, de ser necesarios y tener la última palabra. Nos sentimos importantes. Y cuando la persona es importante, cualquier intento de modificación se convierte en un proceso lento, complicado y doloroso.

La importancia personal, de los regalos que hemos recibido en este mundo, es el más cruel. Convierte a una criatura mágica y llena de vida en un orgulloso asustado y con miedo de ser feliz. Debido a la importancia personal estamos llenos de rencores, envidias, miedos, culpas y frustraciones. Nos dejamos guiar por los sentimientos de indulgencia y huimos del importante servicio del autoconocimiento, con pretextos como la pereza, el mayor enemigo de la espiritualidad. Por detrás de todo esto está una ansiedad que intentamos silenciar con un diálogo interno cada vez más denso y menos natural.

La información que necesitamos para ampliar nuestra consciencia se oculta en los lugares más fáciles. Si no estuviésemos tan rígidos (importantes) como normalmente nos ponemos, todo en nuestro entorno nos contaría secretos increíbles. Solamente tenemos que abrir nuestros sentidos/percepciones, que inicialmente están instalados en nuestro cuerpo físico, dependientes del buen funcionamiento de los cinco sistemas excretores que son: pulmón, hígado, riñones, intestinos y piel.

Una vez desintoxicados, o mejor, buscando esta desintoxicación diariamente, se vuelve cada vez más fácil acceder al conocimiento, que inicialmente puede llegarnos despacito, pero la fuerza del desapego constante nos conducirá al despertar.”


Extraído de este blog, que recopila las enseñanzas de Don Juan:  http://bit.ly/1cJV5ct