BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

27.1.13

Enséñame a confiar en ti…

Sé que cuando confío en ti, todo va mas fácil. Y también sé que, por no confiar en ti, la he pasado mal.

Es que no siempre tengo la capacidad de escucharte, otras veces no entiendo tus mensajes y de vez en cuando, lo que me sugieres no coincide con mi mente.

Como puedo escuchar tu música cuando hay tanto ruido? Como puedo ver las pistas que me vas dejando para te siga? Y sobre todo, como puedo estar segura de que eres tu el que me deja estos mensajes?

Me confundo por la cantidad de estímulos que llegan a mi mente y la mayoría de las veces, es mi mente la que manda. Una terrible déspota que tiene en jaque a mi intuición, a la sensibilidad de mi cuerpo y a mis sentidos. A veces todos nosotros funcionamos como simples soldados de la mente.

Cómo aprendo entonces a distinguir lo falso de lo real para descubrir el camino que debo seguir? Podrías ponerme las cosas mas fáciles y firmar tus mensajes? Ya se que no, el aprendizaje es incluso estar atento al remitente y desechar gran parte de lo que perciben mis sentidos. Escuchar al cuerpo, sentir con mi ser lo que es indicado de hacer en cada momento, hacerle caso a mi intuición y seguir sin chistar esas indicaciones.

Y cuando mis expectativas son distintas? Y cuando mi mente dice que por allí no? En quien confío? A cual de los dos le hago caso?

Recuerdo las experiencias pasadas en las que me he dado cuenta que había pasado por alto las señales y que no había hecho caso a las que si había visto… Como si estuviera conduciendo por un camino peligroso que termina en un barranco y obviara absolutamente todos los carteles que indican el peligro. Caigo al vacío y mientras caigo, recuerdo haber visto algunos carteles, sentido resbaloso el camino o demasiado denso el aire y en ese momento, cuando la caída ya es inevitable, me doy cuenta que otra vez que no presté atención, que desconfié de ti cuando, como siempre, incondicionalmente, me estabas ayudando.

FELICIDAD
Y yo se que siempre estas de mi lado, porque no presentas nunca batalla y tu misión es colaborar. Pero mi mente no cree tal cosa y cuando tus sugerencias difieren con las de ella, la batalla se sucede dentro mio y vaya a saber quién gana cada vez.

Entonces te pido, ayúdame a ver tus señales, a conectarme con aquello de mi que percibe tus mensajes, a prestarles atención y hacerles caso.

Estimado Universo, te pido me enseñes a confiar siempre en ti.