La Forma del tai chi es como el minuto a minuto de un día. Cada movimiento es una de las actividades que realizamos en el día. En el inicio nos levantamos y en el cierre nos vamos a dormir. Entres estos, hacemos cosas, nos movemos.
La única manera de ejecutar la Forma correctamente es sintiendo los movimientos y concentrándose solamente en el que se está ejecutando. Si mientras se realiza un movimiento, se está pensando en el siguiente, lo más probable es que uno se equivoque o el movimiento sea vacío.
Un movimiento vacío significa que este no tiene intención y entonces la energía no se mueve. El movimiento se ejecuta de manera automática, sin consciencia en el cuerpo, ya que la mente está pensando en el futuro, en el movimiento siguiente.
Lo mismo sucede con las cosas que hacemos durante el día. Si mientras conducimos el auto pensamos en la reunión agendada más tarde, nuestra concentración se dispersa en el futuro y podemos llegar a tener un accidente. Si estamos cocinando el almuerzo pensando en lo que debemos hacer a la tarde, la comida nos sale mal y además ¡nos quemamos la mano!
El estrés surge de esta forma de accionar. Estar haciendo una cosa y a la vez estar pensando el las 20 que nos resta hacer, nos lleva a un estado de ansiedad que a la larga nos impide realizar nada. Y, al no cumplir con lo que desebamos hacer, surge la culpa, el enojo y otras emociones que acrecientan el estrés.
A través de la práctica de la Forma del tai chi aprendemos a mantener la concentración en el movimiento que se está realizando, poniendo consciencia en el mismo. Comprendemos que es imposible hacer una cosa mientras se piensa en otra y entonces disfrutamos de lo que estamos haciendo. Si llevamos este aprendizaje a la vida diaria, cambiamos nuestra forma de accionar y nos estresamos menos. Hacemos una cosa por vez y nos concentramos solo en eso. Todo lo demás puede esperar a que llegue su momento de ser realizado.
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.
Este es el artículo #250 y el tercer aniversario del blog!
La única manera de ejecutar la Forma correctamente es sintiendo los movimientos y concentrándose solamente en el que se está ejecutando. Si mientras se realiza un movimiento, se está pensando en el siguiente, lo más probable es que uno se equivoque o el movimiento sea vacío.
Un movimiento vacío significa que este no tiene intención y entonces la energía no se mueve. El movimiento se ejecuta de manera automática, sin consciencia en el cuerpo, ya que la mente está pensando en el futuro, en el movimiento siguiente.
Lo mismo sucede con las cosas que hacemos durante el día. Si mientras conducimos el auto pensamos en la reunión agendada más tarde, nuestra concentración se dispersa en el futuro y podemos llegar a tener un accidente. Si estamos cocinando el almuerzo pensando en lo que debemos hacer a la tarde, la comida nos sale mal y además ¡nos quemamos la mano!
El estrés surge de esta forma de accionar. Estar haciendo una cosa y a la vez estar pensando el las 20 que nos resta hacer, nos lleva a un estado de ansiedad que a la larga nos impide realizar nada. Y, al no cumplir con lo que desebamos hacer, surge la culpa, el enojo y otras emociones que acrecientan el estrés.
A través de la práctica de la Forma del tai chi aprendemos a mantener la concentración en el movimiento que se está realizando, poniendo consciencia en el mismo. Comprendemos que es imposible hacer una cosa mientras se piensa en otra y entonces disfrutamos de lo que estamos haciendo. Si llevamos este aprendizaje a la vida diaria, cambiamos nuestra forma de accionar y nos estresamos menos. Hacemos una cosa por vez y nos concentramos solo en eso. Todo lo demás puede esperar a que llegue su momento de ser realizado.
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.
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