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15.12.08

La postura de Wu-Chi: la energía primordial

Publicado originalmente en abril del 2007, este artículo expresa claramente este concepto segun las palabras del Maestro Lam Kam Chuen.



Internamente alerta, abierto, calmo, externamente erguido, vasto, lleno de espíritu.
Esta es la base de la quietud.
Agrega lo duro y lo blando, lo poderoso y lo relajado,
el movimiento y la quietud, contracción y extensión:
en el instante que estos convergen, aparece el poder.

La poesía en su caligrafía original está representada en la imagen adjunta, y simboliza el trabajo del maestro Wang Xiang Zhai ya que condensa todas sus enseñanzas. Sus alumnos aprendieron que “encontrarse bien parado es el primer paso al practicar el arte del tai chi chuan”.

A medida que uno practica las posturas estáticas, la mente se vuelve mas alerta. Uno se abre a la experimentación y el sistema nervioso encuentra calma. La columna está derecha, el cuerpo naturalmente extendido desde las plantas de los pies hasta la coronilla. Se siente la energía.

La postura de Wu-Chi es la primera postura estática que se debería aprender ya que representa la energía primordial, el estado previo al tai chi, a la división de yin y yang. El término chino en caligrafía original describe el completo poder del ser humano y el universo.

Sin importar el nivel de práctica, siempre es importante comenzar con Wu-Chi. Esto asegura que uno se encuentre correctamente alineado, internamente relajado y conectado con los poderes del cielo y la tierra. Externamente quieto y a partir de allí, recorriendo el cuerpo para eliminar las tensiones acumuladas en los músculos.

A medida que la practica avanza, uno desarrolla mayor sensibilidad y atención. Se genera una mayor apertura hacia el entorno natural y al constante fluir de energía alrededor. Se siente la inmensidad de la tierra por debajo y la ilimitada extensión del cielo por encima.

La cabeza está suavemente suspendida,como si pendiera de un cordel de oro. La mirada suave hacia delante, relajando los ojos.
La mandíbula, el cuello y los hombros, blandos, relajados. Como agua fluyendo hacía la tierra, disolviendo toda la rigidez.
Los brazos se curvan suavemente por fuera del cuerpo. Gentilmente se abren los dedos, y apuntan apenas hacia abajo.
Con la relajación interna la respiración es mas profunda.
Los músculos de las rodillas se destraban naturalmente, hundiéndose un poquito como sentándose.
Los pies absorben todo el peso del cuerpo, son la base de una gran pirámide.





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Extracto del libro “Chi Kung, the way of power” Capítulo 1.
Del maestro Lam Kam Chuen
www.lamassociation.org