BUSCAR EN TAI CHI DEL PARQUE

16.1.12

Una Diciplina Espiritual

Por Wolfe Lowenthal
Maestro Cheng Man Ching


“Un significado literal de las  palabras Tao Te Ching,  el tíulo del texto que es la base del ti chi chuan, es que Tao es el principio supremo y Te es el comportamiento que expresa ese principio. Ching significa libro, así que todo junto, Tao Te Ching significa el libro sobre el principio supremo y cómo uno debe vivir en relación con él.

El estudio del tai chi puede no clasificarse como entrenamiento religioso, pero el estudio de nuestro tai chi es, según el profesor Cheng Man Ching, más fundamentalmente, el estudio del Tao.  

Lao tze, dijo: No puedo ni empezar a definir este Tao, está más allá de mi capacidad o de cualquier otro que lo defina. Sin embargo, si me apuras por un término para llamarlo de algún modo, le llamaría madre.

Aunque el Tao es demasiado inmenso y maravilloso para que lo definamos, su aspecto femenino es clave de Te, el modo de conducta basada en el Tao. A través  de la práctica del tai chi uno se vuelve más receptivo y sensible, esencialmente más suave. En la línea del Tao, esta suavidad es la expresión última del modo en que vivimos.

Se ha dicho que la razón de que las mujeres en nuestra sociedad sean más sensibles que los hombres es debido a que son menos impulsivas, en lugar de avasallar a las personas o a las situaciones, son forzadas a ser condescendientes, más sensibles  al momento, intentan encontrar el camino de la menor resistencia, utilizando sutilezas y astucias para influir en una situación sin enfrentarse directamente a la fuerza opuesta.

En el tai chi desarrollamos esta forma de conducta que no se debe a una impotencia encubierta, sino más bien a lo opuesto.

En una ocasión, el profesor Cheng dijo: Nunca subestimes la impotencia de ser sensible, incluso en el nivel más superficial, el de la piel. Tanto si tu piel está fría o caliente, o se produce  una inflamación, irritación o decoloración, es un principio de salud ser conciente del perímetro de tu campo energético, de modo que uno sea capaz de reaccionar adecuadamente antes de que el problema aumente. Debemos tener cuidado de nuestra piel, no chocar contra las cosas ni dejar que se seque por la acción del sol. Cuando nutrimos el chi, la piel se vuelve tan suave como la de un bebé.

De la misma forma, tenemos que proteger el perímetro de nuestro campo psicológico de energía. Como decía Lao Tze: Los seguidores del Tao  tienen su si y su no. No sirve para nada negar tus sentimientos,  incluso si te das cuenta de tu enfado o daño se contradice con el verdadero principio. También están aquellos que abandonan lo cercano para buscar lo lejano, se vuelve como malos actores con falsas sonrisas, aparentando que dominan las emociones cuando en realidad éstas les corroen.

No puedes negar tus sentimientos y a la vez ser sensible a la energía durante meses y años, llegas a suavizar tu respuesta y aprendes a comportarte adecuadamente con la dureza de los demás.

La mayoría de las disciplinas religiosas manifiestan una conducta amorosa, pero el problema permanece: ¿Cómo llegas ahí? ¿Cómo haces realmente del término medio una parte de ti mismo? No haciendo a los demás lo que no quieres que ellos te hagan a ti.

¿Cuántas veces un seguidor de una disciplina espiritual ha abandonado su templo o monasterio decidido a actuar con amor en el mundo, en el mercado, sólo para ver que la decisión se hace añicos de cara a la frialdad y a la crueldad del mundo?

Nuestro chuan (arte marcial) es un sendero maravilloso hacia el camino, un tao que nos lleva al Tao. Ante todo, es necesario comprender que el único oponente real que existe está dentro de cada uno de nosotros. Todos somos un campo de batalla entre la verdad y la ilusión, entre la fe en el principio Supremo y la fe en el caos.

El chuan  nos proporciona un juez excelente en el debate crucial entre tu corazón, que está en compañía del Tao, y tu mente programada, que es la representación del materialismo caótico. Tu corazón dice: la forma de vivir tu vida, el reflejo del Tao, contraargumento: suavidad, cariño y paz son un juego de tontos. Si quieres abrirte camino en el mundo, tienes que ser duro. El mundo es un lugar cruel y frío, de modo que tienes que procurar ser el número uno; matar o ser matado.

El chuan listo para sentencia. Éste determina que es la dureza lo que es un juego de tontos; pues te demuestra que si realmente quieres abrirte paso en el mundo, la suavidad, la sensibilidad y la paz son el mejor camino. Eso te proporciona una prueba real, no abstracta: si una persona fuerte y agresiva se abalanza sobre ti, decidido a empujarte al otro lado de la pared y le ofreces dureza, probablemente te ocurrirá algo malo; pero si puedes ofrecerle el poder de lo suave, saldrá volando y no te habrá tocado.

El chuan dice: no te molestes ni siquiera en filosofar sobre las virtudes relativas de la suavidad  contra la dureza. Puedo mostrarte que, en el nivel más básico, la suavidad funciona mejor. Y si funciona de cara a un agresor violento, ¿cómo puedes durar de su utilidad en una relación o en e espíritu con el que diriges la acciones diarias? Un argumento final y aún más convincente, es la forma en que la salud de tu piel, tu cuerpo y tus células, responderá a la suavidad de tu energía; como puedes ver, la dureza produce la enfermedad y la muerte en aquellos que no lo comprenden.

El chuan nos enseña cómo funciona el Tao. Ante todo, tenemos que abandonar la necesidad de controlar y manipular. No hay en la forma del tai chi ninguna postura que sea para bloquear o para agarrar. Mientras practicas la forma y te imaginas las aplicaciones, sé conciente de que no haya bloqueos; nunca nos oponemos a la fuerza con la fuerza. Más bien, utilizamos 100 gramos para desviar 500 kilos.

De la misma manera, agarrar es una clase de energía que es opuesta al chi y que lo bloquea, de modo que ninguna postura es un agarre. En realidad, en la fisiología taoísta, el dedo pulgar esta conectado a esa precisa cualidad de la obstinación, que en exceso, agota la energía del sistema genitourinario, en donde el chi crece.

En el Antiguo Testamento, hay una nota a pie de la página donde puede leerse que el uso del pulgar (agarrando) fue lo que nos expulsó del Jardín del Edén.

La falta de fe en los principios, le fuerzan a uno a poner toda la fe en el materialismo. En la obra de Shakespeare, Otelo, el malvado lago adopta la filosofía materialista diciendo: “Pon el dinero en tu bolsillo”, lago no tenia fe en la bondad o en el amor, así que tuvo que buscar su único consuelo en el dinero, en el poder de las cosas. Después, Otelo cae en la misma trampa cuando acepta la evidencia de que un simple pañuelo (evidente realidad material) sea más importante que el amor entre Desdémona y él.

Tanto Shakespeare como el profesor Cheng, entendían que preferir el materialismo (una vida corriendo detrás de las cosas) en contra del principio Supremo, es condenarse a sí mismos física y espiritualmente.

Por cierto, en la práctica del empuje de manos, ten cuidado con la tendencia a agarrar al oponente cuando te empuja. Agarrando tirarás de su energía hacia ti y, si es habilidoso, el modo en que estás aumentando su poder añadiendo el tuyo, puede causarle bastante daño. Por la misma razón, si estás en posición de ser agarrado, no te resistas, pero permite que esa energía se sume a la tuya. Siendo suave en el momento exacto de ser agarrado (cómo reaccionas en esa décima de segundo), es una señal significativa en el camino de tu desarrollo de tu tai chi chuan. Si te resistes nada más ser agarrado, aunque solo sea ligeramente, y luego vas con la fuerza, el poder de la aplicación se perderá casi totalmente por esa ligera resistencia inicial.

En el empuje de manos, en lugar de oponerte a la energía del adversario, cede ante ella, dándole lo que él quiere. En un nivel psicológico, el miedo actúa como una necesidad para estar siempre controlando y no confiar en el fluir de los acontecimientos. Es una tensión esencial que bloque el beneficio del chi en nuestros cuerpos y en nuestras vidas. Tenemos que dejar nuestra necesidad de controlar para experimentar la plenitud, la salud y la energía. El tai chi no sólo nos aconseja esa verdad, nos da una experiencia viva de ella.”