Muchas filosofías, sobre todo las orientales, hablan de la compasión, de ser considerados con las demás personas y generar empatía con otros. Para ello es necesario estar atento a lo que sucede a nuestro alrededor, tratar de no realizar juicios o calificar, y simplemente acompañar al otro en su camino considerando su sufrimiento.
Cuando vemos la tele, vemos en las noticias a personas sin hogar que duermen en un refugio municipal durante el frío del invierno, imágenes de niños desnutridos en África o los resultados de una catástrofe en China. Todas estas imágenes generan compasión en muchas personas. Uno siente el verdadero deseo de ayudar y dona dinero a alguna ONG, lleva alimentos a un comedor comunitario o se ofrece como voluntarios para alguna acción.
Lo que sucede es que a veces, por ver estas macro-situaciones nos olvidamos de lo que sucede día a día y no somos compasivos y considerados con los mismos seres con los que convivimos, que también sufren, igual que uno, y tienen momentos de necesidad.
De las personas amables y consideradas decimos que son “atentos”: - ¡qué atento el señor que me cedió el asiento en el colectivo! -. Porque efectivamente estas personas prestan atención a quienes los rodean y son considerados y compasivos con el sufrimiento ajeno, cualquiera que este sea.
Para ser compasivo no es necesario realizar grandes obras, ni donar grandes cantidades, ni lastimarse las rodillas. Para ser compasivo hay que empezar por estar atento a lo que sucede en cada momento y tratar de evitarle el sufrimiento a cualquier persona que se presente.
Para ser compasivo hay que…
» Dejar el carro del supermercado en su lugar y no tapando la salida del auto estacionado al lado de nuestro. Esa actitud desatenta genera sufrimiento en la persona que deberá luego correr tu carro.
» Correr la silla hacia dentro cuando te levantas. Eso evitará que la persona que pase la choque o deba correrla.
» Darle el asiento a otra persona en el colectivo. Si no estás tan cansado y realmente puedes viajar parado, ¿por qué no cederle a otra persona tu asiento?
» Juntar tu ropa del piso para que la persona que limpia tu casa tenga la tarea más fácil. Lo mismo en cada ambiente de la casa. Lava tu taza, saca la basura, pon las toallas a secar.
» Poner el guiño cuando vayas a doblar con el auto. Mucha gente dobla sin avisar, dejando al auto que viene atrás desprevenido.
» Apaga las luces que no utilizas, no permitas que tus canillas goteen. La energía que derrochas es sufrimiento para otras personas a quienes se les corta la luz o el agua (algo muy habitual en Córdoba).
» No te enojes con las personas que no son atentas o compasivas. El enojo es sufrimiento para ti misma, la otro persona hace lo que puede (es humana…).
» Y todo lo demás que se te ocurra.
Sé atento. Está atento. Y serás compasivo.
Tai Chi del Parque – Instructora Marcela Thesz – Córdoba, Argentina.