En la imagen se ve, por la ondulación del agua,
como una gota de rocío acaba de caer de las hojas del loto, temprano a la
mañana. Es un momento precioso del día y está lleno de sutilidad.
Al entregarse a la gravedad y escurrirse de la
hoja, la gota pierde su identidad previa y se une a la inmensidad del agua que
está abajo. Podemos imaginar que debe de haber temblado antes de caer,
precisamente en el límite entre lo conocido y lo incognoscible.
Elegir esta carta supone un reconocimiento de que
algo ha terminado, algo está concluyendo, sea lo que sea: un trabajo, una relación,
un hogar que has amado, algo que te haya podido ayudar a definir quien eres. Es
momento de dejarlo ir, permitiendo la tristeza pero sin tratar de agarrarlo.
Algo mas grande te está esperando, hay nuevas
dimensiones por descubrir. Has pasado el punto de no retorno ahora y la
gravedad está haciendo su trabajo: acompáñala, representa la liberación.
Comentario
En la existencia
no hay nadie que sea superior y nadie que sea inferior. La brizna de hierba y
la gran estrella son absolutamente iguales.
Pero el hombre
quiere ser mas que otros, quiere conquistar la naturaleza, de ahí que tenga que
luchar constantemente. Toda complejidad surge de esta lucha.
La persona
inocente es aquella que ha renunciado a luchar, aquella que no le interesa der
mas superior, ni actuar, ni probar que es alguien especial, la que se ha vuelto
como una rosa o como una gota de rocío sobre la hoja del loto, la que se ha vuelto
parte de este infinito, la que se ha fundido, se ha disuelto y se ha hecho una
con el océano y no es mas que una ola, aquella que no tiene idea del “yo”. La desaparición
del “yo” es la inocencia.
Del Osho Zen Tarot, carta #8
del Palo de Agua.