Los últimos 40
días han sido ajetreados. Entre cuestiones familiares, viajes y trabajo, mi
rutina se ha visto desarmada por completo. Mi meditación ha variado entre 20
minutos diarios a 5 minutos semanales, lo mismo sucedió con mi práctica de chi
kung, mis caminatas diarias y también mi rutina laboral. Evidentemente había dejado
de escribir, por falta de tiempo y disponibilidad mental para hacerlo.
Luego de que el
torbellino ha pasado y he tomado unos días de descanso, empiezo a decirme “es
tiempo de retomar” pero evidentemente he seguido posponiendo ese retomar por unos días. Es que uno se acostumbra
a la “buena vida” de no hacer nada, sin reglas autoimpuestas, sin disciplina,
dedicando la hora de práctica diaria a mirar televisión, salir con amigos o
simplemente a nada en concreto.
Pero a la vez me
doy cuenta, desde mi cuerpo y mi mente, cómo necesito la práctica para volver a
mi eje, para poder apreciar y vivir mi vida desde la presencia. Para estar en
el aquí y ahora hay que practicar, no sucede porque si. La mente no decide
dejar de pensar por el simple beneficio del ser que la contiene. La mente
piensa porque es lo que hace y si no le enseñamos a enraizarse y practicarlo
frecuentemente, se hace cada vez mas difícil mantenerse en el momento presente.
Siento la falta
de práctica mas en mi mente que en mi cuerpo. Porque algunos estiramientos he
hecho, algunos días he caminado, algún chi kung en las clases he practicado. Pero
mi mente! Con que facilidad empiezo a divagar y a elucubrar planes sin sentido,
a proyectar ideas a futuro sin mayor raíz que mis autoengaños.
Volver a la
disciplina no es fácil, como venía diciendo. Y a la vez, se logra de una manera
tan simple: sencillamente se vuelve. Disciplina significa no poner más excusas
y hacer. Un hacer que conlleva un compromiso casi supremo con lo que se quiere
lograr. Ese compromiso íntimo y profundo es la fuerza que empuja para levantarse
y ponerse en marcha.
De la misma
manera que establecemos presencia en el momento presente, lo que sea que
debamos retomar, lo hacemos en este mismo momento. No se planifica… no se
empieza el lunes… no se hace mas tarde o mañana. Ahora, en este mismo momento,
retomo mi práctica… retomo la dieta… retomo el ejercicio… escribo. Aunque no lo
hagas efectivamente, es un compromiso que se toma y que se convierte en poder.
Lo que sea que
quieras hacer hazlo ahora. Y retómalo a cada momento.
Cada nuevo comienza viene del final de otro
comienzo.
En este mismo
momento me hago presente en el momento presente… En este mismo momento, vuelvo.