Un hombre que se sentía muy orgulloso del césped de su
jardín se encontró un buen día con que en dicho césped crecía una gran cantidad
de dientes de león. Y aunque trató por todos los medios de librarse de ellos,
no pudo impedir que se convirtieran en una auténtica plaga.
Al fin escribió al Ministerio de Agricultura, refiriendo
todos los intentos que había hecho, y concluía la carta preguntando:
- “¿Qué puedo hacer?”
Al poco tiempo llegó la respuesta:
- “Le sugerimos que aprenda a amarlos”
En 2014, amemos todo lo que surja en nuestro jardín de la
vida.
Gracias por tu presencia. Felicidades!
Gracias por tu presencia. Felicidades!
Autor del cuento: Anthony de Mello. Tomado del blog “Los cuentos que yo cuento”.
Imagen: “Dandelion Lighs” de Angela Grainger