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6.6.13

Derecha o Izquierda ¿Quién tiene la razón?

:) No será mucho?
Muchas veces durante la práctica de tai chi o chi kung tomamos atención de que nuestras partes del cuerpo simétricas nos se mueven simétricamente. Generalmente un lado del cuerpo se mueve de una determinada manera y el otro lado del cuerpo se mueve diferente. A aquel lado con el que estamos mas identificados mental y emocionalmente lo etiquetamos como “el que se mueve mejor”, dejando el otro lado como el deficiente o malo.

Es algo natural de nuestra mente poner semejante etiqueta. Habitualmente, si somos diestros (sino suele ser al revés), el lado derecho es mas flexible, mas fuerte y mas coordinado y eso es porque lo usamos mas. El lado izquierdo es mas tenso y no se mueve de acuerdo a las directivas mentales que les damos. También, parados en un pie tenemos mas equilibrio que si nos paramos con el otro pie. Y así, un montón de ejemplos de las diferencias entre nuestro lado izquierdo y derecho.

Pero, cual tiene la razón? Y también, a cual debemos seguir para hacer que el movimiento de tai chi sea equilibrado y armónico?

Nuestra tendencia será seguir “al mejor”, sea cual sea el que cada uno de nosotros considera al mejor.

La propuesta es desoír ese mandato y seguir “al peor” considerando que tal vez no tenemos un lado que funciona deficientemente, sino un lado que es demasiado eficiente y funciona demás. Seguir ese brazo tenso o esa pierna tambaleante, ese músculo que no se estira - y no exigirle que se comporte de una determinada manera sin permitirle ser como es-, sino sumarse uno mismo completamente a esa expresión, soltando el prejuicio de “el mejor – el peor”.

Al darle espacio para que se desarrolle el lado mas rígido o mas descoordinado, les permitimos mejorar sin presionar. Al reconocer que cada lado del cuerpo expresa distintas cosas, distintas energías, pensamientos, emociones y momentos de mi vida, nos vamos uniendo con nosotros mismos y unificándonos en nuestro interior.

El cuerpo tiene mucho que decir. Cada mano tiene un mensaje diferente, cada pie un apoyo diferente, cada hombro sostiene distintas cosas,  cada rodilla se agacha por distintos motivos. ¿Por qué entonces queremos se muevan igual?

Prestemos atención a ambos. Fortalezcamos la relación entre nuestros lados, integrando, sumando, probando distintas alternativas, dejando que cada uno mande cuando tiene que hacerlo.