¿Realmente creemos
que abrirse al amor compasivo e incondicional sin prejuicios puede dañarnos
mucho mas que encerrarnos en nosotros mismos con miedo a que nos roben lo que
sea que haya para robar, incluso nuestra energía?
Realmente ya no
creo eso. Me animo a abrirme a pesar de los riesgos que mi mente cree que eso conlleva.
Me animo a ver mi dolor y el de otros, a estar aquí, para mi, para quienes
estén y necesiten. Si eso me trae dificultades, desequilibrios energéticos o lo
que sea que me traiga, también me abro a eso. No creo que mi vida deba estar
llena de momentos placenteros, armónicos y equilibrados. Se que todas nuestras
vidas están llenas de idas y vueltas, de subidas y bajadas, de yines y yanes. Vivir
sin la ilusión de la perfecta armonía requiere coraje… coraje para poder estar
con el dolor, el sufrimiento, la tristeza, lo duro y álgido, lo gris… he
encontrado eso en mi vida muchas veces y solo estando allí con mi dolor he
logrado superarlo.
Tomo el voto por
la apertura de mi corazón hacia todos los seres, incluso mi misma, para estar
simplemente aquí y ahora, con lo que el universo, yo misma y los demás seres me
ofrezcan en cada momento.
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Imagen: “Open
hearts” de Jayne Seymour