Las emociones como el miedo, la desesperanza, la culpa, el enojo se
manifiestan energéticamente a través ondas largas. ¿Qué significa esto?
La longitud de onda de la energía electromagnética que circula por nuestro
cuerpo, el Chi / Qi, nos dice exactamente como somos y como actuamos. Las
emociones de onda larga implican que la frecuencia vibratoria es baja. La frecuencia es la cantidad de repeticiones por unidad de
tiempo: a mayor frecuencia, mayor energía.
Las emociones de longitud de onda corta son el amor, la felicidad, la paz,
la esperanza, la compasión, la libertad, etc. Poseen mayor frecuencia
vibratoria, por ende, elevan la frecuencia vibratoria de nuestro cuerpo
aumentando nuestra energía.
Como vimos antes, los chinos representaron las ondas energéticas
en el símbolo del yin y el yang, que a su vez nos habla de que todo lo que
existe tiene sus facetas (arriba – abajo, positivo – negativo) que mutan
constantemente de una a otra. El símbolo del yin y el yang es la representación
de los constantes procesos de cambio que existen en todo el universo (ver mas
sobre esto aquí…).
De esta manera, elevar la frecuencia vibratoria significa acortar los
procesos de cambio, volverse flexible y acomodarse más rápidamente.
Longitud de onda larga à baja frecuencia vibratoria à procesos de cambios lentos y dolorosos.
Miedo, culpa, temor, ira, enojo, desesperanza, desconfianza, tristeza,
desolación, soledad, preocupación, etc.
Longitud de onda corta à alta frecuencia vibratoria à procesos
de cambio más cortos y naturales.
Amor, compasión, felicidad, alegría, esperanza, libertad, paz, calma
mental, contención, confianza, etc.
Cuantas más emociones de onda corta vivimos y sentimos, más elevada será
nuestra frecuencia vibratoria. También mas posibilidades de cambio y
crecimiento tendremos ya que las ondas de las emociones atraviesan
nuestro cuerpo e impactan, a nivel mas profundo, sobre el ADN, cambiando y
alterando nuestras células. Una energía de frecuencia alta atraviesa el ADN
muchas veces, eso corresponde al efecto que tiene el amor, la paz y la
felicidad sobre nuestro cuerpo. La energía de baja frecuencia atraviesa las
células muy pocas veces, es decir que el miedo, la culpa y el enojo no activan
nuestro ADN y son emociones que no nos llevan hacia el cambio y la evolución sino
hacia el estancamiento.