Extracto de libro “Construir
la paz” de Thich Nhat Hahn.
“La paz verdadera siempre es posible, aunque requiere fuerza
y práctica, sobre todo en tiempos de gran dificultad. Para algunos, la paz y la
no-violencia son sinónimos de pasividad y debilidad. En realidad, practicar la
paz y la no-violencia está muy lejos de la pasividad. Practicar la paz, hacer
que la paz viva en nosotros, es cultivar activamente la comprensión, el amor y
la compasión, incluso cuando nos enfrentamos a la incomprensión y el conflicto.
Practicar la paz, en especial en tiempos de guerra, requiere coraje. (…)
La paz empieza con usted y con su familia; esta es la base
de todo lo demás. Cuanto más estables y felices sean sus relaciones familiares,
más podrá ayudar a los otros. Cuando haya tenido éxito en su casa, puede llegar
a la escuela. La colaboración entre padres y profesores de escuela ayudará a
proteger a sus hijos; sin este diálogo, su hijo no puede crecer como usted
espera. Debe ayudar a los profesores a organizar la escuela como una familia.
Cuando yo iba al colegio, un profesor era como un padre o
una madre, una hermana o hermano mayor, y había amor y comunicación entre el
profesor y los estudiantes. La escuela era un lugar donde aprendías a vivir.
Ahora, demasiado a menudo, sólo es un lugar donde recibes información o estás
en peligro. En demasiadas escuelas, las relaciones humanas ya no son
importantes y los estudiantes ya no se ven como hermanos o hermanas. Es una
gran pérdida.
Los padres y otras personas conscientes deben ayudar a
nuestros profesores de escuela, que están luchando en circunstancias difíciles.
Debemos ayudar a rechazar la violencia en los profesores y en los estudiantes.
Muchos enseñantes no saben cómo manejar sus propias emociones difíciles, y cada
día estas semillas alimentan la violencia de su situación. Los padres
preocupados pueden organizar reuniones con otros padres y con los profesores
para combinar puntos de vista y prácticas.
Puede que podamos organizar seminarios y discusiones para
profesores de escuela para ayudarles a aprender y a practicar maneras de
cultivar la paz. Los centros de práctica pueden ofrecer días de conciencia
especialmente diseñados para profesores de escuela. El entorno de un centro de
práctica puede ser potente y beneficioso, pero sólo si el centro de práctica
está también organizado como una familia.
Nuestra participación activa es la mejor manera de cuidar de
nuestros hijos y transformar nuestras escuelas en lugares de paz donde los
estudiantes y los profesores se respeten y confíen los unos en los otros. Sólo
podemos crecer en una atmósfera de confianza y amor.”