Las ideas de la
propia mente y las ideas que el universo tiene para uno, a veces difieren.
La idea que uno
tiene de si mismo es a veces tan acotada que nos impide hacer algo diferente,
que no encaje con esa idea.
Estamos tan
apegados a estas ideas y tan presionados por el entorno (las ideas de otros),
que nos limitamos terriblemente al esquema acotado que hemos pre-diseñado.
A veces tenemos
que ser padres 100%, otras veces tenemos que dedicarnos a trabajar, otras veces
a ir al supermercado, a veces estar enfermos, a veces podemos ser practicantes
de tai chi o meditadores. El conflicto surge cuando en frente nuestro hay una
cosa pero queremos otra.
Y, ante la
encrucijada, cómo elegir? Qué decidir?
La vida que ya
está en frente tuyo es la real, ya está ahí. Todo lo que planificas en tu
mente, es irreal. Tus ideas mentales son solo eso, ideas.
Entonces si en
frente tuyo está ser madre / padre, lo eres. Si en frente tuyo está el trabajo,
trabajas. Si estás enfermo, eres enfermo. Si meditas, eres meditador.
Si estás enfermo
y quieres ser trabajador, estas en problemas. Si tu hijo te hijo te necesita y
quieres ser meditador, estas en problemas. Si estás aquí pero quieres estar
allá, estas en problemas.
In-esfuerzo
Todo lo que debe
ser, simplemente va siendo. Va encontrando la forma de pertenecer, de fluir sin
esfuerzo para ser realizado. Todo el esfuerzo que hacemos para lograr, es
innecesario.
El esfuerzo surge
del apego. El apego a esas ideas de nuestra mente. Pero la vida nos va dando
exactamente lo que necesitamos en cada momento. En frente nuestro está toda
nuestra vida. Podemos hacerla? Podemos vivirla?
Lo que venimos a
hacer está dado desde antes de nuestra llegada a este plano, a este mundo.
Nosotros mismos lo hemos decidido. El universo nos va entregando a cada paso lo
que debemos saber, lo que debemos recibir.
Todo lo que tiene
que surgir en nuestras vidas ya está ahí, en estado potencial. Cuando decidimos
concretarlo, empieza a fluir hacia nosotros, va tomando consistencia y cuando
tiene suficiente masa crítica para manifestarse, lo hace. Y de repente está
frente a nuestros ojos, sin que hayamos hecho, nosotros ni el universo, ningún
esfuerzo.
Si decidimos por
una opción que no está aquí y ahora, estamos decidiendo con nuestra idea mental
de cómo deben ser las cosas, estamos eligiendo la irrealidad en vez de la vida.
Cuando tomamos lo
que está en frente nuestro, vivimos…
Presentes en el
momento presente.
Gracias a mi maestro zen por estas enseñanzas.