El médico y
escritor del conocido libro “La enfermedad como camino” resume en tres reglas,
el método para mantenerse sano:
1. Encuentra tu
verdadera esencia y deja que florezca.
2. Sé consciente de tus miedos.
3. No sigas estando sujeto a normas o
principios que ya no te aportan nada.
La salud reside en vivir en concordancia con los
deseos del alma. No existen diferentes enfermedades sino una diversidad de
síntomas con un sentido profundo: transmiten mensajes espirituales y conflictos
psíquicos no resueltos.
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que
florezca
Pregúntate quién
eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer
los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que
hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras
(sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez
más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar
o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a
dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la
enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no
se está viviendo la propia vida.
2. Sé consciente de tus miedos
Te impide
liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente
reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad
(una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción),
el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las cosas:
encamínate hacia tu miedo y verás como te conduce a tu verdadera esencia. Casi
siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides
encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que
seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina.
3. No sigas estando sujeto a normas o principios
que ya no te aportan nada
Todas las cosas,
y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el
fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle
trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar
así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.
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