Descansa en tu cuerpo y establece tu presencia en el momento presente.
El momento presente es basto, amplio. Tu presencia puede serlo también, a través de tu cuerpo.
Sé parte… anímate y sé parte del momento. Comprométete con estar ahí.
Cuando sientas tu presencia rebosante en tu cuerpo, da un paso más: déjate ver.
Déjate ver, no te escondas. Además de estar ahí, muéstrate.
No hagas absolutamente nada. Solo muéstrate para que el momento te vea.
Y la que la totalidad del universo se entere de ti.
No pasas desapercibido. Te entregas y el universo se entrega a ti.
Lo tienes todo.