Últimamente muchos nos hemos sentidos abatidos por momentos.
Perdemos esa fuerza moral, esa energía y ánimo con el que habitualmente avanzamos con confianza.
Los tiempos son duros, mucha limpieza, mucha luz que trae verdad y entonces nos muestra la inconmensurable carencia que hay aquí y ahora y el extremado egoísmo humano.
Tantas cosas de golpe no pueden mas que generarnos abatimiento.
A nivel físico es un agotamiento en los hombros, la nuca y el pecho que se hunde por la tristeza, el hastío y el cansancio.
Hay que dejar que el cuerpo exprese esas sensaciones, sino quedarán bloqueadas en nuestro interior.
No somos invencibles, ni incansables, ni eternamente fuertes. Somos humanos y a veces nos cansamos, nos hartamos y nos retiramos de la batalla.
Una vez expresada y fluidificada esa emoción, regresamos a la luz, al amor, a la confianza que nos une y nos mueve. Renovamos la fe.
Ver la sombra e incluirla implica estar con estos límites humanos y estas sensaciones no tan agradables. También esto somos.