Extracto del libro “Medicina de la Energía” de Caroline Myss
“Debido a que nuestros pensamientos y nuestras emociones
desempeñan un papel crucial en el desarrollo de una enfermedad y debido a que
los pensamientos positivos pueden aumentar nuestra capacidad de sanar, las
artes curativas han pasado de centrarse exclusivamente en las medicinas
externas a ocuparse de la naturaleza interior, mental y espiritual de la
persona. La combinación de la mente, el cuerpo y el espíritu en las prácticas
sanadoras ha llevado a la conjunción de diversas prácticas de Oriente y
Occidente. Las fuerzas conjuntas de la medicina complementaria y la
espiritualidad prometen ser más eficaces para ayudar a la gente a curarse de
enfermedades terminales y crónicas, mantener una buena salud en la vejez y
retrasar el proceso de envejecimiento.
Por otra parte, la espiritualidad oriental y la sabiduría de
las tradiciones nativas procedentes de todas las culturas ofrecen nuevos
conceptos sobre la divinidad a las culturas occidentales, que hasta ahora se
habían dejado influir por tradiciones predominantemente judeocristianas. Con
las innumerables opciones que, de repente, tenemos ante nosotros, el asunto de
la curación podría parecer un caos.
¿Cómo elegir entre tantas opciones y hallar el camino de
curación más adecuado para nosotros? ¿Cómo dar con la combinación ideal de
prácticas espirituales y tratamientos externos?
Comience trabajando para sanar su espíritu. Un espíritu sano
es esencial para un cuerpo sano, aunque un espíritu sano no garantiza un cuerpo
sano. La comprensión de su espíritu constituye la clave para ayudarle a
controlar lo que le ocurre a su cuerpo y dentro de éste. Puesto que muchos
tratamientos médicos complementarios requieren que usted sea consciente del
papel que desempeña el espíritu en la curación, debe tomar iniciativas
personales con el fin de unir esa creencia y su espíritu con su cuerpo. En
resumen, debe «físicalizar» su espíritu, encarnarlo.
Un modo de lograrlo es practicar su versión personal de cómo
su cuerpo y su vida reflejan la energía de los chakras. Esta práctica le
ayudará a dar una forma energética a su espíritu y a su poder divino, personal
e Interior. También necesitará librarse del anticuado concepto de un Dios
externo basado en la dualidad padre-hijo que opera con un sistema de recompensa
y castigo; la herencia espiritual de las eras de Aries y Piséis. Reconozca que
existe una fuerza divina intrínseca a cada pensamiento y acción, que una fuerza
interior le guía con el fin de potenciar su conciencia. Conocer la naturaleza
del Dios que lleva dentro le revelará su poder innato y le permitirá ser
consciente de que co-crea todas las experiencias de su vida, inclusive la
salud.
El temor le impide utilizar correctamente su poder. Cuando
usted basa sus elecciones en el temor, el caos se interpone entre usted y su
divinidad ulterior. Para disminuir su susceptibilidad al temor, es preciso que
preste mayor atención a su vida espiritual.
Inicialmente no conseguirá incrementar su poder espiritual
haciendo lo que siempre ha hecho, de igual modo que no puede perfeccionar sus
dotes culinarias tocando el piano. El espíritu humano requiere una atención
diaria por medio de una práctica espiritual como la oración o la meditación.
Esas prácticas alimentan el sistema energético y contribuyen a unir la mente,
el corazón y el espíritu.
Sin embargo, una práctica espiritual no es lo mismo que
llevar una vida sana. Seguir un camino o el otro no le permitirá alcanzar ambas
metas simultáneamente. Una vida sana significa hacer ejercicio y alimentarse
correctamente, evitar sustancias tóxicas y adoptar otros hábitos de vida
saludables. Una vida sana, aunque observe al pie de la letra las normas más
rígidas, no garantiza que usted no contraerá una enfermedad, pero reduce las
posibilidades.
Un estilo de vida sano le ayudará a aprender más sobre lo
que su cuerpo necesita para alcanzar el máximo bienestar físico, y una práctica
espiritual le ayudará a comprender el papel que desempeña lo Divino en su vida.
Le mostrará el camino que debe tomar. Aunque una práctica espiritual hará que
su espíritu crezca y su salud mejore; le procurará estabilidad personal y le
dirigirá hacia una conducta sana y no destructiva, ni una cosa ni la otra
garantizan una salud perfecta. Como hemos visto, quizá tenga usted que padecer
una enfermedad que le sirva de vehículo de inspiración y le proporcione un
sentido más profundo del poder de su espíritu.”