La mayoría de
nosotros no tomamos la vida completamente. Siempre estamos poniendo un pero…
Cuando la vida es
simple, fluida y sin muchas complicaciones, nos es más fácil tomarla. Pero aun
en esos momentos en los que reconocemos que todo va bien, solemos encontrar
algo que nos molesta, que nos sostiene insatisfechos.
Creo que la mente
(por lo menos la mía) tiene una tendencia a crear problemas… como para tener
algo que hacer, no?
Cuando la vida
está bien complicada, sin dinero, sin salud, sin amor… ¡cuánta resistencia
surge a tomar esa vida! Pero el punto es
que esa vida complicada y dolorosa es la propia y no hay opciones, pues es la única
vida que tenemos. O la tomamos o pasamos la vida peleando con la vida.
Aparentemente la
mente también tiene una tendencia a querer todo perfecto, a condicionar para
tomar.
Una persona que
practica en nuestro grupo se dio cuenta que cuando le faltan ciertas cosas en
su vida, se siente insatisfecha. Y posteriormente se dio cuenta que aun
teniendo esas cosas, también se siente insatisfecha!
Entonces, ¿donde
está la felicidad? Hay personas que viven en una situación desfavorable, tal vez
carenciada, tal vez solitaria y son felices. Hay personas que lo tiene
todo y no logran encontrar la felicidad.
¿Será esta mente,
que perfecciona y condiciona, la que nos impide ver la felicidad aquí y ahora? Si
siempre esperamos algo más, algo diferente a lo que tenemos ahora, la felicidad
completa nunca llega. Si tomamos todo tal cual es, aceptando profundamente que
es nuestra vida y nuestro camino de
aprendizaje, somos felices aquí y ahora, tal cual estamos.
Tomar la vida es
felicidad.