“El libro del
Emperador Amarillo dice: “El Espíritu del Valle que no muere es lo Femenino
Misterioso. Constituye el fundamento del cielo y de la tierra. Continua
eternamente y no puede ser desgastado.” Como el valle es profundo, puede
contener al espíritu, puede abrazarlo y nutrirlo. Como el valle está vacío, no
está sujeto a nacimiento y muerte. Trascender el nacimiento y muerte es entrar
en lo ilimitado (wu-chi) y ser uno con el origen del cielo y la tierra.
La Puerta de lo
Femenino Misterioso se halla donde todas las cosas son creadas. Sin embargo, se
dice que el cielo y la tierra han nacido de lo no nacido. Esto es lo que se
quiere decir cuando se afirma que “lo no nacido es el origen de todas las
cosas”, puesto que lo Femenino Misterioso es lo que no ha nacido. Su origen
pertenece al reino de la no diferenciación, en el que no hay nacimiento ni
muerte. Como nunca ha nacido, nunca muere. Como nunca muere, su energía perdura
eternamente. Está en el cielo y en la tierra pero el cielo y tierra no lo conoce. Está en todas las cosas
pero éstas no lo reconocen.
Si entendemos que
el nacimiento y muerte forman parte del orden natural de las cosas, sabremos que
nuestra vida no puede ser controlada por nuestros propios esfuerzos y que el
llegar y el partir no son obra nuestra. Al nacer, tomamos una
configuración y una forma, al crecer,
experimentamos el desarrollo y el cambio, y cuando el curso de nuestra vida se
ha agotado, nos disolvemos y volvemos a donde estábamos antes de nacer.
Si conocemos el
orden de las cosas, entenderemos que cuando la inteligencia y la sabiduría han
alcanzado su cenit, empiezan a marchitarse y a decaer. El auge y el
desbordamiento de las formas, los colores, los pensamientos y los sentimientos
no están sujetos a control. Como no sabemos cómo llegan y a dónde van, solo
podemos decir que todo lo que ha nacido procede de lo no nacido.”
Del libro “Lie
Tse, una guía taoísta sobre el arte de vivir” de Eva Wong.
La primavera es
el nacimiento… Luego de que la madre Tierra, el femenino en su mayor expresión,
ha tomado todo lo que ha llegado a ella, lo ha almacenado y lo ha nutrido en
sus entrañas, permite el completo renacimiento de todas las cosas.
El fin del invierno
es el fin del ciclo, la muerte se ha concretado. El inicio de la primavera es
el comienzo del ciclo, el nacimiento de todas las cosas y todos los seres.
Así como sucede
en la naturaleza, sucede en nosotros. Todo lo que debía morir, ya lo ha hecho.
Soltémoslo y permitamos que todo lo que deba nacer en cada uno de nosotros, lo
haga.
Feliz Primavera!