Hay inercia de inicio. Todo va comenzando. Y entonces nos
planteamos volver… a aquello que el año pasado terminamos con la inercia de
terminar. Tal vez lo dejamos antes, o tal vez es algo que dejamos hace ya un
par de años…
La pregunta es: ¿por qué regresa en nuestra mente, en
nuestras intenciones? Hay una memoria que no es mental, ni en palabras, es una
memoria corporal y emocional. En el cuerpo recordamos que la pasábamos bien,
que de alguna manera funcionaba, daba bienestar. Lo dejamos por el mismo motivo
que dejamos muchas cosas: la prioridad era otra. El tema es que la mayoría de las veces, a la
prioridad la define la mente y no el cuerpo. El cuerpo registra y luego pide
mas de eso que le gusta. La mente lo ignora.
Entonces ahora, en la inercia de inicio, el cuerpo aprovecha
y le dice a nuestra cabeza: vuelve, retoma!
Y no importa el por qué ni el cuándo dejaste de hacerlo. Si
ese registro aun está en tu cuerpo y el cuerpo te lo reclama, hazle caso, el
cuerpo sabe mas que la cabeza.
La mente funciona con la referencia externa. Eso es así
porque tenemos sentidos (cinco) y pensamientos (ideas sobre lo que percibimos a
través de los sentidos). Entonces la mente le hace mucho caso a lo que
interpreta desde afuera.
El cuerpo es mas introspectivo. También tiene sentidos (los
mismos cinco) puesto que la cabeza es parte cuerpo. Claro, la cabeza es cuerpo.
Pero no tiene pensamientos, entonces no interpreta lo que percibe, solo
percibe, solo siente y así funciona con la referencia de sí mismo.
Aprender a hacerle caso al cuerpo, a lo que cada uno siente
internamente, sin juicio, sin influencias, es la práctica. Volvamos a la
práctica, volvamos al cuerpo.